El pasado miércoles, en todo el país, se realizaron marchas estudiantiles, por el desfinanciamiento de la universidad pública. Los estudiantes, docentes, sindicatos, entre otros, consideran que el presupuesto entregado por el gobierno a la educación, no es suficiente. Los esfuerzos del gobierno Duque no han sido suficientes para satisfacer a los estudiantes y a los actores del sector educativo.
En Bogotá, dicha marcha tuvo un tinte distinto. Al mejor estilo de Hollywood, la marcha tuvo bombas incendiarias, cierres viales, accidentados y demás. Aunque lo anterior suena folclórico, hay que decir que lo que se vivió en Bogotá, nos debe hacer reflexionar. Son hechos que ni la alcaldía, ni el gobierno, pueden volver a permitir.
Para empezar, la marcha que iba por la caracas, al pasar por RCN, se detuvo para atentar contra sus instalaciones. En videos quedó registrado como encapuchados lanzaban piedras y palos contra las ventanas del canal. Pero lo más aterrador se dio cuando un vándalo lanzó una bomba incendiaria en contra de un grupo de policías, que se refugiaban de los ataques de los manifestantes. De este hecho, 2 policías sufrieron lesiones menores.
De igual forma, en la noche unos manifestantes decidieron bloquear la calle 100 con autopista, en plena hora pico. Dicha vía es de vital importancia para la movilidad bogotana. Si se traba, el tráfico del norte de la ciudad colapsa. Justamente eso fue lo que pasó, miles de personas que salían de su universidad o de su trabajo, demoraron más de 2 horas para llegar a casa. El cierre terminó en un enfrentamiento entre manifestantes y el ESMAD.
Para cerrar la noche, una señora que iba en su carro por la autopista, atropelló a varios manifestantes. El hecho se dio cuando un grupo de jóvenes atacaba el carro de dicha señora. La reacción de la señora fue arrancar a toda marcha y llevarse por encima lo que se le atravesara. La reacción ha generado controversia, pues un joven resultó herido, aunque sin comprometer su vida.
El punto de la presente columna no es satanizar las marchas. De seguro que hay personas que salen a marchar con un ideal y de forma pacífica. Pero hay algo cierto, y es que los hechos de ayer muestran lo infiltradas que están las marchas por delincuentes, que solo quieren generar caos.
Esta columna no busca decir que las manifestaciones deberían ser castigadas. Al contrario, las manifestaciones son la base para la construcción de una democracia exitosa en un país. No obstante, las manifestaciones deben tener en cuenta que no pueden entrar a afectar a otros ciudadanos, que nada tienen que ver en el asunto. Por eso, cerrar una vía por donde millones de bogotanos pasan a diario, no puede ser la manera de visibilizar un problema.
En síntesis, el escritor de la presente columna castiga tajantemente a aquellos vándalos que atentaron contra la vida de un policía. Así entonces, espera que la justicia actúe rápido y sean privados de su libertad lo antes posible. Así mismo, invita a los manifestantes a marchar pacíficamente, como varios lo hicieron. Y finalmente, los invita a ver los avances que el gobierno ha hecho en cuanto a educación.
Hoy en día, el presupuesto de la educación es el 4,3% del PIB nacional. Cifra bastante alta en comparación con otros países latinoamericanos. Además, el gobierno sumó otros 500.000 millones de pesos al presupuesto. Y también, busca tener 1,5 billones de pesos más para el 2020. Esto demuestra que, los esfuerzos sí se están haciendo y que con tiempo, la educación pública saldrá de la crisis económica que atraviesa hoy.
Politólogo de la Universidad de los Andes con profundización en política colombiana y énfasis en Periodismo de la misma universidad.