“Gestionar es como sostener una paloma en tu mano. Si la aprietas demasiado, la matas, y si no la aprietas suficientemente fuerte, se vuela” (Tommy Lasorda –Entrenador League Baseball). Lamentablemente considero que la gestión de grupos como el eln, la “primera línea”, las farc hoy comunes tanto su brazo político como armado y la federación colombiana de educadores (fecode) con apoyo de sectores políticos, económicos, sociales y demás, durante los últimos años e inicios de 2022 han apretado demasiado a Colombia, normalizando socialmente su obrar y exigencias delincuenciales a pesar de la violación sistemática de derechos humanos y constitucionales por parte de estos.
Si bien es cierto, siempre han existido inconformidades sociales en cuanto a políticas públicas o plan de gobierno de turno se refiere. Sin embargo, lo evidenciado en los últimos años en nuestro país se convirtió en estrategia terrorista por parte de grupos guerrilleros en especial el eln, adjudicándose la mayoría de los atentados presentados en diferentes regiones de Colombia. Por ende, ya no se debe combatir el terrorismo solo en las zonas rurales sino también en zonas urbanas, puesto que se apoyan con milicias urbanas y adoctrinamiento en establecimientos de educación tanto públicos como privados.
Sumado a la problemática de seguridad y defensa nacional relacionada líneas arriba, se encuentra el “fenómeno fecode”, anómala en cabeza de sus directivos que aprovechando la COVID-19 y sus variantes, bajo exigencias y argumentos ambiguos se niegan a retornar a clases presenciales aludiendo “peligro” tanto para sus asociados como para los estudiantes. Cabe recordar, que meses atrás exigieron plan de vacunación para retomar actividades, una vez el gobierno cumplió con lo solicitado, de manera audaz “argumentaron” excusas para no cumplir con su deber.
Es evidente la alta capacidad de gestión e influencia de estos grupos, quienes apretando diferentes sectores de Colombia normalizaron su obrar y exigencias en la sociedad, es decir, estamos frente a una muerte lenta de nuestra seguridad y educación. Pero, ¿Cómo sociedad, autoridad e institucionalidad debemos permitir dicha normalización y aceptar la violación sistemática de derechos humanos y constitucionales por parte de fecode, eln, “primera línea” y farc hoy comunes? Es inquietante que ante el obrar terrorista en materia de seguridad y educación, estas “organizaciones” tengan más alas y sigan volando a su parecer.
Es inquietante que ante el obrar terrorista en materia de seguridad y educación, estas “organizaciones” tengan más alas y sigan volando a su parecer.
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Alas para el control territorial en zona rural y urbana por parte del grupo terrorista eln, alas para seguir fortaleciendo y adoctrinando las presentes y nuevas generaciones, alas para sembrar odio y rencor hacia la democracia e institucionalidad, es decir, obrando a sus anchas bajo el “endulce” de una posible negociación “de paz”. Alas para que millones de niños sigan sin estudiar, alas para violentar el derecho a la educación, alas para seguir exigiendo la no presencialidad mientras se reúnen y celebran sin control alguno en fiestas de fin de año o sencillamente reuniones de la federación.
Sin olvidar las alas que tiene la “primera línea”, grupo terrorista que se normalizó en la sociedad permitiéndole tomar decisiones sobre el control territorial en ciudades, quienes expresando ser “artistas” destruyen verdaderas obras de arte, bienes públicos y privados, elaboran “monumentos” y cambian nombres a lugares distinguidos de dichos territorios, creyéndose expertos en movilidad cierran vías, implantan pico y placa a personas, vehículos y peor aún, cobran peajes… Alas para las farc-comunes, quienes de manera diplomática crecen día a día y se han normalizado en nuestra sociedad como víctimas del conflicto armado más no como los verdaderos victimarios, y de esta manera seguir burlando a los colombianos y víctimas.
Lo último fue el atentado en la ciudad de Cali en contra de integrantes del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) por parte del grupo terrorista eln, delito que perturbo la humanidad de los policiales, como resultado se tomaron medidas y acciones por parte de las autoridades para ubicar a los responsables. Por otro lado, la Defensoría del Pueblo se pronunció respecto al obrar de fecode, exigiendo el respeto de los derechos de los menores y el derecho a la educación. Sobre lo anterior, es importante que dichos pronunciamientos y medidas que se estimen pertinentes ante el obrar de estos grupos sean constantes y no reactivas.
Al terminar, iniciar o en cualquier momento del año debemos plantear a la opinión pública estos temas, dado que, muchas veces pasamos por alto, omitimos o en el peor de los casos normalizamos y nos siguen apretando… es decir, Colombia muriendo lentamente. No quiero terminar estas líneas, sin antes desear a usted y su familia un año 2022 lleno de bendiciones y éxitos, que el Dios de los cielos guie y proteja cada caminar. Recordemos ese viejo refrán “apretar los dientes, no siempre es conveniente” tanto la sociedad, las autoridades, la institucionalidad no solo debemos mostrar los dientes, debemos obrar y apretar para que dichos terroristas no sigan destruyendo nuestro país, es decir, no nos sigan apretando.
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Colombiano con idiosincrasia paisa y costeña – creyente en Dios. Abogado/Conciliador, Especialista en DD.HH y DIH (promotor y defensor). Inv. Judicial – consultor jurídico/político. Apasionado por ideas propias y ajenas generadoras de cambios positivos en la sociedad, niñez, educación, política, servicio social, medios de comunicación, FF.AA-PONAL y la construcción de un mejor país.