El cambio que prometieron en la salud de Colombia no solo es una reforma, también es administrar con responsabilidad y ejecutar resultados, ya la campaña paso ahora están en el puesto de gobernar no de hacer activismo.
Las pasiones no sirven si no hay acción. Un verdadero cambio se construye planificando, ejecutando y velando para que no se pierda el dinero, porque si no nos mata la corrupción nos va a matar la incompetencia de nuestros políticos activistas con buenos discursos, pero sin resultados.
Por estos días en Colombia se habla con fervor sobre la pérdida de 1.080.416 vacunas pediátricas del laboratorio Moderna por vencimiento, lo que representa para el país un detrimento de $70.000 mil millones. Sin embargo, el Gobierno Nacional, en vez de hacerse responsable por su incompetencia en la salud preventiva, parece estar más preocupado en la aprobación de la Reforma de la Salud y en el activismo político, pero de esto hablamos en otra columna.
La respuesta del ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, frente a la pérdida de las dosis no me sorprendió, ya que responsabilizó a las administraciones territoriales, es decir, la culpa la tienen los otros, sin tener en cuenta que es responsabilidad del Estado garantizar el monitoreo y cumplimiento de la vacunación.
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Las consecuencias del activismo en el gobierno
Al declararse el fin de la emergencia generada por la pandemia del Covid-19, los colombianos bajaron la guardia y disminuyó la vacunación en el país, por eso hay que trabajar en la sensibilización en las regiones. No obstante, el Ministerio de Salud parece dirigir su atención a la Reforma de la Salud, una orden clara del presidente Gustavo Petro, que por el momento no le ha ido muy bien en la gestión de sus promesas como líder de izquierda. Me preguntó si así pretenden manejar todo el sistema, responsabilizando a otros en vez de ejecutar.
Ahora bien, ¿qué fue lo que ocurrió con las vacunas? El Gobierno Nacional las recibió entre febrero y marzo de 2023, pero el ministerio tardó entre dos y tres meses en distribuirlas, por lo que muchas vacunas llegaron descongeladas, su vita útil se acortó y terminaron por vencerse en noviembre de 2023.
Gracias a las respuestas e intervenciones del ministro Guillermo Alfonso Jaramillo, puedo decir que el comportamiento del jefe de una de las carteras más importantes de Colombia está siendo direccionado desde el activismo más que desde una entidad estatal.
Me atrevo a confesarlo en estas líneas porque ha utilizado falacias en sus intervenciones para confundir a la ciudadanía, porque no olvido el día que dijo que las vacunas que entraron antes de la llegada del gobierno de Petro, no tenían permiso y todo se trató de un experimento del gobierno de Iván Duque.
Los periodistas de La Silla Vacía revelaron en un informe que las afirmaciones del funcionario se trataba de una mentira, ya que las inyecciones contra el covid aplicadas desde el 2021 fueron aprobadas por el Invima, autoridad sanitaria encargada de autorizar el ingreso, uso y comercialización de medicamentos en el pais.
Yo entiendo que los seres humanos tengamos pasiones e ideologías políticas fuertes, pero los ministros no pueden olvidar que son funcionarios públicos que deben administrar y velar por los recursos de su cartera nacional, no se puede justificar darle prioridad a programas específicos. Administrar bien es una obligación.
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Profesional en periodismo por la Universidad Sergio Arboleda, con experiencia en medios tradicionales y digitales.