Querido y apreciado lector, ya que ha usted decidido entrar en la labor de dedicar algunos minutos para unirse a las palabras que escribí, quiero que realice un ejercicio introspectivo antes de continuar. Detenga su lectura y reflexione sobre la siguiente pregunta,
¿Cuánto tiempo le dedico a la interacción con lo público?
Tome el tiempo que usted considere necesario. Aunque lo más probable es que solo requiera de algunos segundos.
La respuesta en general va a ser que muy poco tiempo. Y, para aquellos casos que osen decir que sí dedican mucho tiempo, me gustaría que reflexionáramos sobre el sentido en que se está invirtiendo dicho tiempo.
Nuevamente la respuesta sería muy genérica. Dedicamos el tiempo a ver noticias de que “Tal publicó algo en Twitter”, “Tal otro hizo un vídeo”, “Este partido radicó un proyecto de Ley”, “Se van a subir los impuestos” … en fin. Prestamos atención, pero no estamos dándole la importancia que se merece.
Y considero que valdría la pena citar al “Doctor” Hernán Peláez: “La gente no sabe para qué le sirven los indicadores económicos. Pero, le encanta hacer conversación o romper el hielo hablando del precio del dólar”. Asimismo, pasa con la política y los temas públicos. No sabemos qué significa, pero al menos nos hace dar un buen inicio de charla,
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Es el momento de dejar de hacer los comentarios sobre lo que alguno u otro trinó y empezar a hacer y ser el cambio que se quiere ver en la sociedad y, sobre todo, en la política.
Hay espacios de participación y de innovación ciudadana desde donde se pueden empezar a construir las bases y cimientos de un verdadero gobierno abierto, basado en prototipos que se construyen entre la ciudadanía y la institucionalidad. Son llamados Laboratorios de Innovación Ciudadana (LABICs).
Se han desarrollado decenas de estos ejercicios a nivel mundial, muchos de ellos acompañados por la Secretaría General Iberoamericana. Colombia ha sido sede en dos ocasiones de estos eventos, y actualmente hay una convocatoria abierta al respecto en Bogotá.
Además, hemos creído desde siempre que lo innovador va relacionado con lo tecnológico, pero no siempre es así. A lo mejor, por ese imaginario colectivo es que hemos sido una sociedad tan reacia a la innovación, o la dejamos relegada a un plano casi de última importancia.
Debe ser claro que este no es un espacio promocional para la convocatoria, sino que este es un llamado de atención para que todos nosotros prestemos nuestra mirada para ir un poco más allá.
Es el momento de pasar de una participación pasiva, de esas que actúan desde lejos, sentados viendo las noticias en televisión o escuchándolas a través de radio; y más bien, pasar a la participación, a la apropiación y a la constante intervención ciudadana en favor de las necesidades de todos.
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