El concepto de libertad ha sido planteado a lo largo de la historia por muchos autores de diferentes maneras. Isaiah Berlín, la plantea dividiéndola en dos: la positiva, que plantea que la intervención estatal es la única forma en la cual los individuos logran su realización personal; y la negativa, que implica la no intervención de parte del Estado. Para el movimiento libertario, la libertad positiva constituye un problema para la verdadera libertad, ya que la ven como un camino para que el Estado aumente su poder y mantenga a los individuos subyugados, esperando a que este les de los medios necesarios para lograr su autodeterminación.
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¿ Y la libertad individual?
El movimiento libertario tiene como columna principal de su ideología que el único rol legitimo del Estado es proteger los derechos individuales y garantizar la propiedad privada. Las intervenciones adicionales son vistas como una amenaza a la autonomía personal y a la democracia, ya que con un Estado que intervenga en la vida de las personas, el voto se vería sesgado, por el deseo de recibir ayudas estatales. Es por esto, que los libertarios defienden la libertad negativa como la verdadera forma de libertad individual. La libertad no debe entenderse como la capacidad de alcanzar fines que un Estado o un ente mayor imponga, sino como la ausencia de barreras que le impidan a cada persona seguir sus deseos y crear su propio camino.
Uno de los argumentos más fuertes de los defensores de la libertad positiva es que el Estado debe garantizar ciertas condiciones básicas (salud, educación, seguridad económica) con el fin de generar un ambiente en el cual los individuos puedan ejercer su autonomía de manera plena. Sin embargo, el problema está en que estas garantías se traducen en intervenciones que restringen la libertad de otros. Además, van de la mano con un populismo que promete solucionar los problemas de las personas más necesitadas, cuando en realidad lo que buscan es mantener un estatus quo, donde los individuos están subyugados al Estado.
¿Qué ha ocurrido en la práctica?
Programas sociales obligatorios, regulaciones en el mercado y un sistema estatal impositivo son mecanismos que, en nombre de la igualdad, terminan limitando la capacidad individual de tomar decisiones y vuelven a las personas dependientes del Estado. En el caso de Argentina, por muchas décadas se creyó en la libertad positiva y el Kirchnerismo. Esto condujo a la excesiva intervención estatal que concluyó en una crisis económica en el año 2023, en la que la inflación alcanzó el 211 % anual. (INDEC, 2024). Las consecuencias de esta fueron pobreza, inestabilidad económica, pérdida de poder adquisitivo e impactos en el sistema de salud y de educación. Todos estos problemas generados por la libertad positiva restringieron las capacidades de toma de decisiones de los argentinos, puesto que se veían impedidos por la situación que generó la intervención estatal. En cambio, un país como El Salvador, donde el gobierno tiene enfoques libertarios y la intervención se redujo en sectores económicos y sociales, ha generado un ambiente donde el emprendimiento y la inversión, tanto extranjera como nacional, han crecido, dándole a los ciudadanos oportunidad de decisión (Banco Mundial, 2023). El Salvador limitó su intervención a lo mínimo, priorizando su seguridad, lo que desencadena en capacidades y libertades en ámbitos como la educación, salud y economía. Esto ha construido un país que ha logrado, poco a poco, salir de la oscuridad que se había generado por gobiernos anteriores.
El peligro de la libertad positiva radica en su tendencia natural hacia el paternalismo. Una vez el Estado asume la responsabilidad de generar condiciones para la autodeterminación, se convierte en un ente que decreta que es lo mejor para los ciudadanos, lo que genera una dependencia en la cual el individuo espera órdenes y sigue la voluntad del Estado. El intento de garantizar bienestar social termina imponiendo restricciones y regulaciones que minimizan la iniciativa personal y las libertades. Desde la llegada del chavismo a Venezuela se estableció una política de control estatal donde se impusieron medidas económicas en sectores clave, además se estatizaron bienes privados. Todo esto tuvo dos consecuencias graves en Venezuela, la primera fue que la inflación alcanzó una cifra descomunal del 686 % en 2021(FMI, 2022). La segunda, fue que la gente se volvió dependiente del Estado, debido a que el individuo no tenía capacidad de tomar sus propias decisiones y esperaba la voluntad estatal.
Desde la perspectiva libertaria, la libertad positiva es vista como un concepto peligroso y una herramienta que se utiliza para expandir el poder estatal a todos los ámbitos de la vida. La justificación de buscar garantizar ciertas condiciones que aseguren la autodeterminación convierte al Estado en una entidad paternalista que restringe la verdadera autonomía individual. Para que los ciudadanos sean realmente libres se les tiene que proteger de la coacción estatal, permitir forjar su propio camino y dejar que tome sus propias decisiones, todo esto sin interferencias impuestas desde el poder. La libertad positiva es un espejismo que, lejos de empoderar, somete a los ciudadanos a la voluntad del Estado.
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REFERENCIAS
Banco Mundial. (2023). El Salvador: Informe económico anual. https://www.bancomundial.org
Fondo Monetario Internacional. (2022). Reporte sobre la economía venezolana. https://www.imf.org
Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). (2024). Informe de inflación anual en Argentina. https://www.indec.gob.ar
Estudiante de Ciencias Políticas y Comunicación Social y Periodismo de la Universidad de la Sabana. Apasionado por las relaciones internacionales y las políticas nacionales enfocadas en seguridad.
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