El constante debate emocional de la política, desvía el debate social a crear marcos psicológicos que obligan a regir la institucionalidad entre el odio y el miedo. Se han creado escenarios de debate en donde gana quien mejor despierte las emociones del ciudadano, y quien haya sacado el mayor rédito de la carencia de necesidades básicas.
El nubarrón político ha generado un desapego generalizado de los dirigentes con la ciudadanía. Ciudadanía que encuentra refugio en el populismo, y la falsa idea mesiánica que plantea la libertad en contra del institucionalismo. Se ha definido la libertad como uno de los principios básicos de la sociedad, pero esquivamos la libertad que proviene del bolsillo.
El comportamiento del ser humano toma confianza cuando hay dinero en el bolsillo, pero en Colombia alrededor del 26% de la población vive con pobreza monetaria, y el 7.4% en pobreza extrema. Los nubarrones que se crean a diario por el exceso de información, están desviando el debate de lo realmente importante, como el aumento de la productividad para hacerle quite de raíz a la pobreza.
Según el Banco Mundial estamos perdiendo 42% de productividad adulta, dado que no somos capaces de suplir el desarrollo del capital humano basado en salud y educación. Irónicamente por otro lado, el informe de competitividad del Foro Económico Mundial indica que la cobertura en salud es nuestra mayor fortaleza, pero muestra debilidades urgentes en la capacidad de innovación, y en la adopción de tecnologías de la comunicación y la información.
Aunque el Gobierno defiende que hoy tenemos conectividad de internet en 1.108 municipios, los debates platean el reto de volver la tecnología más productiva, con mejores contenidos digitales, y regulaciones más amigables con la industria, resaltando quizás la entrada de la red 5G. La capacidad de innovación se ve afectada por el nivel de inversión que no alcanza ni el 1% del PIB.
La competitividad económica está siendo rezagada por el crecimiento exponencial de regulaciones y los altos índices de corrupción. Según el Consejo Privado de Competitividad, el 53.4% de los contratos estatales se hacen con único proponente. Respecto a inclusión financiera, el 20% de la población adulta no tiene una cuenta de ahorros, solo 8.7 millones de adultos tiene al menos una tarjeta de crédito, y la tasa de usura no permite a las pequeñas empresas generar buenos niveles de rentabilidad.
Las estrategias estructurales para sacar a Colombia del sub desarrollo, se ven influenciadas por la ansiosa necesidad de mostrar resultados políticos, quienes adoptan ideas rápidas para mejorar el recaudo y dejar en espera la lucha contra la evasión fiscal. La DIAN requiere 14.000 empleados y solo tiene 7.000, se pierde el 23% del recaudo en el IVA y el 39% en el recaudo de renta, y aunque solo recaudamos 6% del PIB a través del IVA, un aumento de este puede llevar una reducción del consumo.
No se puede concentrar el debate de desarrollo económico como se hacía en campaña, porque de seguro ganan quienes están en oposición. Deberíamos centrar el debate en la productividad, el desarrollo del capital humano, el acceso a la tecnología, el establecimiento de la confianza inversionista, la reducción de la evasión, y demás estrategias que permitan tener como objetivo la generación de riqueza, y mejorar la relación del ser humano con la tecnología.
Economista de la Universidad de la Salle. Asesor político con experiencia en campañas y relaciones legislativas. Experto en riesgos financieros y regulación bancaria a través de investigaciones económicas.
“No se puede concentrar el debate de desarrollo económico como se hacía en campaña, porque de seguro ganan quienes están en oposición. Deberíamos centrar el debate en la productividad, el desarrollo del capital humano, el acceso a la tecnología, el establecimiento de la confianza inversionista, la reducción de la evasión, y demás estrategias que permitan tener como objetivo la generación de riqueza, y mejorar la relación del ser humano con la tecnología”
!Buen Punto Jorge Iván¡