Desde el mes de abril la Fundación para el Estado de Derecho advirtió sobre la crítica situación en materia de autosuficiencia energética. También hicieron énfasis en la preocupación de los gremios sobre la disminución en las reservas de gas y petróleo en Colombia. Recordemos que en mayo la Agencia Nacional de Hidrocarburos aseguró que las reservas cayeron en casi 40% en los últimos años.
Colombia enfrentó una pequeña crisis por un supuesto desabastecimiento de gasolina para los aviones, lo que trajo consigo la pérdida de vuelos y suspensión de las ventas de algunas aerolíneas en el país. Aunque horas después se dio un parte de tranquilidad, la situación que se vivió se pudo evitar teniendo en cuenta que desde hace 10 días Terpel había emitido una alerta de que esto podría suceder.
Más allá de que este problema se haya solucionado, no se puede pasar por alto esta nueva improvisación del gobierno nacional. Y lo sucedido, solo es una muestra de lo que puede pasar en Colombia si se llega a perder la autosuficiencia petrolera por el deseo de Gustavo Petro de negar nuevos contratos de exploración de hidrocarburos, lo que termina poniendo en riesgo la seguridad y soberanía energética.
Más allá de que este problema se haya solucionado, no se puede pasar por alto esta nueva improvisación del gobierno nacional. Y lo sucedido, solo es una muestra de lo que puede pasar en Colombia si se llega a perder la autosuficiencia petrolera por el deseo de Gustavo Petro de negar nuevos contratos de exploración de hidrocarburos, lo que termina poniendo en riesgo la seguridad y soberanía energética.
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¿Qué se debe implementar en el sector energético de Colombia?
El Índice Global ETI, del Foro Económico Mundial clasificó a Colombia como el quinto país de América Latina, después de Brasil, Chile, Costa Rica y Uruguay, que más avances ha tenido en la transición energética. A nivel mundial ocupó el puesto 35, mostrando una mejoría pues en 2023 se ubicaba en la casilla 39.
Sin embargo, en el país más del 60% de los proyectos de energías renovables presentan retrasos por las demoras en la expedición de las licencias y las consultas previas con las comunidades. Enel también se ha visto en la obligación de suspender la construcción de parques eólicos en La Guajira por papeleo y riesgos financieros.
Por eso, impulsar el sector energético en Colombia requiere una estrategia integral que aborde múltiples frentes para fortalecer tanto la capacidad de producción como la sostenibilidad del sector. Por ello, consideramos que las siguientes medidas son necesarias:
- Fomentar el desarrollo de fuentes renovables como la solar y eólica. Con el fin de incentivar nuevos proyectos y ofrecer apoyo financiero y técnico para la instalación de sistemas de energía renovable a nivel local y en las comunidades.
- Crear un marco regulatorio claro para atraer inversores. Esto incluye simplificar los procesos de permisos y licencias, y garantizar la seguridad jurídica para los proyectos de inversión.
- Apoyar la investigación en nuevas tecnologías energéticas y métodos de extracción más eficientes y sostenibles.
Estrategias como las anteriores pueden ayudar a transformar, fortalecer y dar estabilidad en el sector energético en Colombia. A este gobierno hay que recordarle que las decisiones que se deben tomar para promover una transición justa y ordenada, no pueden ser improvisadas sino que se requiere de bases técnicas, jurídicas y económicas que respondan a las necesidades.
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