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La Amenaza Silenciosa: Los Drones y su Impacto en la Seguridad Nacional de Colombia

El zumbido de un dron FPV (First Person View) que sobrevuela un campo de batalla en Ucrania alerta a algunos soldados que corren a refugiarse entre los arbustos. Lo que parece una simple máquina de hobby se convierte, en cuestión de segundos, en un arma letal que desata el caos destruyendo un tanque ruso valorado en más de 4 millones de dólares. Este sonido, ahora asociado con la muerte, no sólo está transformando la guerra en Europa del Este, sino que está redefiniendo las estrategias de conflictos y doctrinas militares en todo el mundo.

En Colombia, la adopción de esta tecnología por parte de grupos armados ilegales representa un desafío sin precedentes para la seguridad nacional y la estabilidad del país.

Breve historia de los drones

Los drones no son una innovación reciente. Como señala el sitio especializado HD Drones (2022), su origen se remonta a 1849, cuando el ejército austriaco utilizó globos aerostáticos cargados con explosivos para bombardear Venecia, en el marco de la primera guerra de independencia italiana. Con el paso de los años, su diseño y funcionalidad fue evolucionado significativamente, convirtiéndose en herramientas clave para misiones de vigilancia y ataque en conflictos como la Segunda Guerra Mundial, la Guerra de Corea y la de Vietnam.

En Vietnam, los Estados Unidos desplegaron el Ryan Firebee, utilizado para reconocimiento y bombardeos. A medida que avanzaba la tecnología, surgieron modelos más sofisticados, como el Northrop Grumman RQ-4 Global Hawk, General Atomics MQ-9 Reaper y el  Boeing X-37 (Dron orbital) a finales de los 90´s y principios de los 2000, capaces de realizar misiones autónomas con precisión devastadora.

Sin embargo, el verdadero punto de inflexión llegó cuando los drones salieron del ámbito militar y comenzaron a ser accesibles para civiles. Con precios cada vez más bajos, estos dispositivos se convirtieron en herramientas para múltiples usos: grabación, agricultura, monitoreo forestal, entre otros. Pero este acceso masivo también abrió la puerta a un uso militar no convencional, que hoy plantea graves retos de seguridad.

Drones en Ucrania: Un giro en la guerra moderna

En el contexto de la invasión rusa, Ucrania sorprendió al mundo al utilizar drones FPV inicialmente como herramientas de vigilancia y control de artillería, para luego transformarlos en armas de ataque. Según el portal Swissinfo.ch (2023), estos dispositivos, económicos y de fácil acceso, se modifican para transportar cargas explosivas, minas, proyectiles antitanque y granadas. Su capacidad para atacar vehículos y soldados a un costo mínimo los ha convertido en un arma disruptiva. Mientras que un tanque ruso T-90 puede alcanzar un costo de 4,5 millones de dólares, como indica el sitio independiente Misión Verdad (2023), por otra parte un dron equipado con explosivos puede adquirirse por apenas unos cientos de dólares. Se volvieron tan efectivos que eventualmente las tropas rusas también los comenzaron a utilizar.

Adicionalmente, el impacto psicológico de estos dispositivos puede ser devastador según Lendon et al. (2024) . El característico sonido de los drones, similar al zumbido de una abeja, genera un profundo temor entre los soldados, quienes asocian este ruido con un peligro inminente. Esto se debe a que, además de ser económicos y altamente peligrosos, son extremadamente difíciles de derribar, lo que incrementa su efectividad en el campo de batalla.

Estas nuevas armas se convirtieron en símbolos del ingenio en tiempos de guerra, pero también en una advertencia sobre cómo pueden ser empleadas en otros conflictos, y tarde o temprano, llegarían al contexto colombiano.

Amenaza para Colombia en el marco del conflicto armado

Según un informe de Infodefensa, medio especializado en temas militares, Saumeth (2024) señala que las disidencias de las FARC comenzaron a utilizar drones FPV en ataques contra las Fuerzas Militares en 2023. Estos hechos marcaron una nueva etapa en el conflicto armado interno, donde los grupos ilegales han recurrido a tecnología moderna como una estrategia para compensar su desventaja numérica y de equipos frente a las tropas.

Impacto en el conflicto interno

  • Ventaja Táctica: Facilitan a los grupos ilegales la capacidad de llevar a cabo ataques precisos sin exponer a sus miembros a una respuesta directa por parte de los militares. Según Patiño (2024), hasta junio de este año se habían reportado al menos 20 ataques con drones en el país, lo que evidencia una escalada significativa en su uso.
  • Desigualdad Estratégica: Aunque las Fuerzas Militares colombianas han comenzado a adquirir sistemas antidrones, la tecnología es limitada. Esto da a los grupos armados una ventaja significativa, obligando a las fuerzas del Estado a adaptarse rápidamente.
  • Proliferación de la Tecnología: El fácil acceso y el bajo costo de los drones han permitido que los grupos terroristas adquieran modelos cada vez más avanzados, incrementando su capacidad destructiva. Además, estas organizaciones terroristas se han fortalecido en los últimos años debido a diversos factores, como la sobreproducción de cocaína, que les proporciona mayores ingresos económicos y, por ende, más facilidades para adquirir tecnología de este tipo. De hecho, según Saumeth (2024b), se han derribado drones equipados con cámaras térmicas pertenecientes a las FARC, lo que les permite operar durante la noche, incrementando significativamente el peligro para los policías y militares.

Riesgos a nivel civil y militar

Principales riesgos para civiles

  • Daños Colaterales: El empleo de drones armados en zonas pobladas incrementa considerablemente el riesgo de víctimas civiles. Un ataque perpetrado en El Plateado, Cauca, hace apenas unas semanas, dejó 17 heridos, según un reportaje de El País (2024), lo que subraya los peligros asociados con el uso indiscriminado de esta tecnología.
  • Intimidación y Control Social: Pueden ser utilizados por grupos ilegales para monitorear y controlar comunidades vulnerables. Esto crea un ambiente de constante vigilancia, erosionando la privacidad y generando más temor en la población, si bien, actualmente no hay evidencia de que esto esté pasando, tarde o temprano estas tecnologías pueden ser utilizadas para tal fin.
  • Escalamiento del Conflicto: La incorporación de estos artefactos al conflicto puede intensificar los enfrentamientos, exponiendo a las comunidades a mayores niveles de violencia y desplazamientos forzados, buscando evitar ser víctimas de daños colaterales.

Principales riesgos para las Fuerzas Militares

  • Vulnerabilidad: Los drones representan una amenaza difícil de detectar y contrarrestar. Los ataques han causado heridas graves a soldados y tristemente la muerte de algunos civiles en el país, subrayando la necesidad urgente de desarrollar estrategias defensivas. Recordemos que aún nos encontramos en una etapa de inserción de estas tecnologías, por lo que no es descabellado esperar, en el futuro, ataques más letales y constantes. 
  • Limitaciones Tecnológicas: Aunque se están adquiriendo sistemas antidrones, su número es insuficiente para cubrir las áreas más afectadas. Esto expone a las tropas a ataques especialmente en zonas apartadas del territorio nacional.
  • Estrés Psicológico: El temor constante puede generar fatiga y desmoralización entre las tropas, afectando su rendimiento y capacidad operativa, esto se ha visto de forma recurrente en la invasión rusa a Ucrania.
  • Adaptación Táctica: Las Fuerzas Militares deben ajustar sus estrategias para contrarrestar esta amenaza. Esto implica entrenamiento especializado y una mayor inversión en tecnología y logística, tanto para adquirir sistemas que contrarresten este nuevo nivel de peligro, como para desarrollarlo de forma local.

Un problema global: México y África

El uso de drones no se limita a Colombia o Ucrania. En México, desde 2018, los cárteles del narcotráfico han adaptado estas herramientas para diversas actividades, como vigilancia, transporte de drogas y ataques directos contra las fuerzas de seguridad, según lo informado por Heguy (2024).

En África, países de la región del Sahel, como Sudán, Malí y Níger, también han experimentado el uso de drones en conflictos armados. Tanto los gobiernos como los grupos terroristas, como Al Qaeda, ISIS o Boko Haram, emplean estos dispositivos para coordinar ataques, vigilar áreas estratégicas y ejercer control territorial, según informa Eledwy (2023). En estos contextos, la facilidad de uso de los drones ha contribuido a una escalada de la violencia, incrementando la vulnerabilidad de las comunidades civiles.

Violaciones a los Derechos Humanos

El uso indiscriminado de drones en zonas pobladas plantea serias preocupaciones sobre violaciones al Derecho Internacional Humanitario (DIH). Como se mencionó anteriormente, en Colombia se han registrado ataques en áreas cercanas a comunidades civiles, lo que aumenta el riesgo de daños colaterales. Estos ataques podrían considerarse desproporcionados, ya que no distinguen claramente entre objetivos militares y civiles. Además, existe otro riesgo señalado por el Instituto Catalán Internacional para la Paz (2022): la posibilidad de llevar a cabo asesinatos selectivos más allá de los conflictos armados.

Sumado a lo anterior, la vigilancia constante por parte de grupos armados ilegales puede ser utilizada para intimidar y controlar a las comunidades, afectando sus derechos a la privacidad y la seguridad. Este tipo de acciones agravan aún más las condiciones de las poblaciones afectadas por el conflicto.

Conclusiones

Los drones han transformado la naturaleza de los conflictos armados, desde los campos de batalla en Ucrania hasta los enfrentamientos en Colombia y México. Su accesibilidad, bajo costo y capacidad destructiva representan un reto significativo para la seguridad nacional y la protección de los civiles.

Para Colombia, la incorporación de drones por parte de grupos armados ilegales subraya la urgencia de desarrollar capacidades defensivas avanzadas. A nivel global, estos dispositivos plantean preguntas importantes sobre la ética, la legalidad y el impacto psicológico de las nuevas tecnologías en la guerra.

Enfrentar este desafío requiere un esfuerzo conjunto entre gobiernos, organizaciones internacionales y comunidades locales, para proteger a las poblaciones afectadas y mitigar los riesgos asociados a esta nueva realidad.

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