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¿Hasta cuándo?

En Colombia es normal leer en los diarios y escuchar en la radio, casos relacionados con corrupción. Diariamente salen nuevos casos: de empresas privadas, de entidades públicas, de figuras políticas, entre otros. La corrupción es un cáncer que se come alrededor de 50 billones de pesos anuales en Colombia. Y aunque la mayoría de colombianos haya manifestado estar cansado de la corrupción, las historias de los últimos meses nos demuestran que seguimos lejos de poder acabar con ese mal.

Por un lado, está el caso de corrupción de Aida Merlano, la ex congresista acusada de compra de votos. Por otro lado, está el caso de corrupción de INVIMA, en el cual algunos funcionarios entregaban certificaciones a cambio de dinero. Finalmente, está el caso de corrupción de FONADE, en el que se entregó un contrato de más de 16.000 millones de pesos a cambio de dinero.

Para empezar, Aida Merlano fue elegida como senadora con una votación de 73.250 votos. Posteriormente, fue capturada por tener una estructura dedicada a la compra de votos en el Atlántico. ¡Corrupción! Según el Concejo de Estado y la Fiscalía, gastó  más de 1.730 millones de pesos en su campaña y hasta 6.000 millones de pesos en compra de votos. El Concejo de Estado decidió el 5 de septiembre del 2018, quitarle su investidura como senadora por haber violado los topes de financiación en la campaña. Su investigación por compra de votos continúa en proceso.

Por su lado, hace año y medio INVIMA avisó a la fiscalía sobre presuntos casos de corrupción en la entidad. Luego de meses de investigación, se determinó que 16 personas estaban involucradas en una red que cobraba dinero a cambio de documentos falsos. Dichos documentos demostraban que un alimento, producto de belleza o medicamento, tenía todas las verificaciones necesarias sin haber pasado por pruebas científicas. Además, también pedían plata a personas sancionadas por el INVIMA para reducir el costo de la multa. Hoy en día, las personas involucradas en este caso se encuentran a la espera del interrogatorio.

De igual manera, en FONADE hace unas semanas se identificó un caso más de corrupción. La Fiscalía determinó que se cometieron actos delictivos para que el consorcio INTERVIVIENDAS se quedara con un contrato. Dicho contrato estaba establecido bajo el programa estatal de vivienda gratuita y tenía una suma de 16.612 millones de pesos. Y entre las personas vinculadas figuraban funcionarios de la entidad, congresistas y empresarios.

Según la Fiscalía, Una vez dicho Consorcio ganó el contrato, se repartieron la plata de la siguiente manera: 4153 millones para los congresistas. 96 millones para los ofertantes y 15 millones para funcionarios del FONADE. Hoy en día todos los involucrados responden ante la ley, excepto los 2 congresistas que presuntamente hicieron parte.

En resumidas cuentas, los casos previamente planteados, y que han hecho eco en la última semana, dan cuenta de lo latente que está la corrupción en Colombia. La corrupción es un mal que se hace presente cada 4 años en las elecciones legislativas. La corrupción es una enfermedad que, como vimos con INVIMA, pone en riesgo la salud de los colombianos. La corrupción es una práctica que sigue vigente en las licitaciones. La corrupción necesita un antídoto urgente en todas las esferas de la sociedad colombiana. ¿Hasta cuándo con la corrupción? Como ciudadanos debemos exigir transparencia en el sector público y privado, pero también debemos actuar nosotros con total transparencia.