A propósito de los múltiples escándalos de abuso sexual en contra de menores que por estos días llenan las páginas de los principales diarios del país, hoy nos encontramos con un hecho igual de aberrante. En muchas ocasiones, jóvenes colombianas, mayores de edad, engañadas, salen de nuestro país al extranjero, en donde terminan siendo obligadas a prostituirse. Así entonces, se convierten en víctimas de explotación sexual.
Si bien, este tipo de casos son bien conocidos en Colombia y pasan a menudo, pareciera que no se le ha dado la atención suficiente. Hoy, un nuevo caso de explotación sexual aterra a Colombia. Se conoció que una banda liderada por Martha Lucrecia Hoyos, engañaba a jovencitas y las enviaba a Asia a prostituirse.
Esta criminal se encargaba de buscar jóvenes, principalmente del Valle del Cauca, entre 18 y 25 años. Ella aprovechaba que dichas jóvenes eran de escasos recursos y las ilusionaba con trabajo bien remunerados en el exterior. Para sorpresa de estas mujeres, al llegar a distintos países asiáticos, eran obligadas a prostituirse. Incluso, en una ocasión obligaron a una joven a operarse los senos para que fuera más atractiva a los ojos de sus captores.
Martha Lucrecia Hoyos recibió una condena de 30 años y 9 meses, sin derecho a beneficios. Pero, ¿es suficiente esta condena para una persona que jugó con los sueños de nuestras jovencitas? ¿Es suficiente una condena a 30 años con una persona que acabó con la inocencia de muchas jóvenes que buscaban poder salir de la pobreza?
Para el escritor de la presente columna, no es suficiente. Un monstruo como Martha Lucrecia Hoyos debería ser condenada a cadena perpetua. ¿A cuántas jóvenes no condenó ella a una muerte en vida luego de obligarlas a prostituirse? Todo aquel que juegue con los sueños de nuestros jóvenes y se aprovechen de su vulnerabilidad para lucrarse, debe ser castigado con el mayor rigor, que para el caso, es la cadena perpetua.
Protejamos a nuestros jóvenes, pero no solo a los menores de edad. Todos nuestros jóvenes, sin importar la edad, tienen sueños, metas y ganas de superación. Y si no imponemos condenas severas a los que se metan con ellos, muchos de esos sueños, se verán truncados. #CadenaPerpetuaYa para todos los que exploten y abusen sexualmente a nuestros jóvenes.
Politólogo de la Universidad de los Andes con profundización en política colombiana y énfasis en Periodismo de la misma universidad.