Emmanuel Macron, es un político joven que hace 18 meses llegó contra todo pronóstico a la presidencia de Francia. Éste, ha pasado de parecer un genio político a ser más impopular que sus antecesores. Lo anterior, debido a que afronta el momento más difícil de su mandato: Los Chalecos Amarillos. Un movimiento sin ideología, que protesta contra el precio del combustible y la inequidad social en esta nueva imposición tributaria.
Este movimiento, ha generado distintas opiniones frente a la situación económica y política que se extiende por todo el país. Es la Francia de las ciudades pequeñas y medianas, y la Francia rural. La Francia donde el automóvil es una herramienta de trabajo y para muchos de supervivencia. En esto sitios, el alza del IVA es un tema más que preocupante.
Los Chalecos Amarillos, empezaron hace más de dos semanas en oposición al incremento del impuesto de los combustibles. Hoy en día, reflejan una exasperación social más amplia. Han sido varios los hechos que han marcado el desarrollo de estas protestas en Francia. Pero se desencadenaron desde Nerves, la llamada diagonal del vacío. Este sitio, refleja la lejanía respecto a los servicios de la vida cotidiana.
Durante las protestas, se han movilizado más de 120.000 personas en todo el país, con mayor concentración en París. En estas jornadas, han resultado heridas más de 900 personas, 3 fallecidas y alrededor de 105 arrestadas.
El 1 de diciembre, fue el día en el que las manifestaciones se volvieron violentas y con un accionar vandálico. Esto, debido a las múltiples estrategias de los ciudadanos para atacar a los guardias y policías en París. Una de estas estrategias, fue ocupar la azotea del Arco del Triunfo. También, convertir los alrededores de los Campos Elíseos en un campo de guerra. Este último lugar, estuvo cubierto por gases lacrimógenos y humo por los incendios de autos, contenedores y terrazas en numerosas avenidas de París.
El pasado martes 4 de diciembre, el primer ministro de Francia Edouard Philippe realizó un anuncio. En dicho anuncio, recalco la suspensión durante seis meses de la subida de los impuestos a los combustibles. El gobierno, también congelará los precios de la luz y el gas “durante el invierno”. Sin embargo, la oposición y varios Chalecos Amarillos consideran estas medidas insuficientes.
Esta serie de eventos, dejan el lema de Francia de “libertad, igualdad y fraternidad” en duda. Al parecer, se volvieron 3 palabras que describían la Francia del siglo XIX. Detrás de las manifestaciones de los Chalecos Amarillos se encuentra el debate sobre estas tres palabras.
Dichas palabras, a lo largo de la historia han sido parte de Francia como insignia de sus acciones en Europa. Pero ahora, son los latentes descontentos sociales hacia el aparato gubernamental, la economía y la equidad social. Descontentos que, dejan de un lado el lema que por más de dos siglos había sido incuestionable.
Aparte de la crisis social que representan estas manifestaciones en Francia. El movimiento, ha sido un ejemplo de éxito de grupos sociales y la acción colectiva. Ejemplos de esto son: países vecinos como Serbia, en donde se genera el mismo problema del alto precio del combustible. En Irak, con protestas antigubernamentales en la ciudad de Basora. En el sureste del país, exigiendo servicios básicos como agua y electricidad. También, iniciativas bajo el mismo símbolo del chaleco amarillo en Alemania, Bélgica y España.
Los Chalecos Amarillos, marcaron un cambio significante para que los ciudadanos se manifiesten frente a sus inconformidades y hagan valer sus derechos, dentro de una democracia.
Estudiante de octavo semestre de Política y Relaciones Internacionales en la Universidad Sergio Arboleda en Bogotá. A lo largo de su carrera ha desarrollado trabajos e investigaciones de temas relacionados a Derechos Humanos, el rol de la mujer en la sociedad y el impacto de los movimientos sociales en la vida pública y política de un país. Líder de una ONG