Cuando viajas por el mundo, entiendes aquello que nosotros tenemos y no aprovechamos. (Esto no es simplemente otra versión de “No se sabe lo que se tiene hasta que se pierde”).
Habiendo nacido, vivido y crecido en Colombia, muchas de sus cualidades, panoramas, oferta en frutas y vegetales, naturaleza, animales y demás no eran nada del otro mundo para mí. Hoy, viviendo en Nigeria; un país en África oriental, entiendo todo aquello que tenía al alcance de una caminata corta y nunca aproveché.
Cuando viajamos, generalmente lo hacemos por un corto periodo de tiempo, y este periodo es a lo que yo llamo “luna de miel”. Estando en un lugar con la emoción de la primera vez, o la emoción de estar saliendo de la monotonía, hace que la guardia que nos invita a juzgar y a perder esa motivación y alegría que nos hace valorar las cosas y otras cualidades sean prácticamente inexistentes. Estando siempre en un mismo mundo, es fácil sumergirse en él y no ver la situación en perspectiva, lo cual muchas veces nos lleva al aburrimiento, y a pensamientos como “De igual manera yo no consumo toda la variedad de frutas y vegetales que tenemos”.
Al mudarse a otro país, y pasar este periodo en el cual uno está viendo todo desde la perspectiva de la paciencia y la adaptación, cuando uno aterriza en la realidad comienza a hacer comparaciones, muchas veces con el ánimo de idealizar aquella situación anterior, debido al inconformismo que caracteriza la naturaleza del ser humano, y muchas veces porque realmente le situación lo amerita.
Hoy quiero compartir mi perspectiva, como alguien que ha pasado meses en países a los cuales miramos y admiramos como Holanda y en países sin mucho nombre para muchos como Nigeria. Estando en Holanda, pude observar cómo las personas se esfuerzan y pagan precios altos para poder tener una dieta balanceada y consumir una cantidad razonable de frutas y vegetales con el fin de tener una nutrición completa y sabores diferentes en su mesa. En Colombia, mi experiencia fue de comer muy pocos vegetales debido a no saber aprovechar la variedad de estos que había. Quedándome con la típica ensalada de tomate, lechuga y cebolla con alguna variación aquí o allá. Conociendo también los vegetales asados, y en ocasiones contemplando la comida desde una perspectiva de aburrimiento.
En Holanda, los vegetales que se encuentran a la venta en los supermercados son preseleccionados con el fin de garantizar que solo se ofrecerán los mejores productos a los consumidores. Una situación diferente se vive en Colombia, donde muchas veces nuestros mejores vegetales son extraídos para exportación y en la mente de muchos de nosotros queda el pensamiento de “y nos dejan con lo peor”. Desde mi perspectiva, el tener que seleccionar un aguacate, aprender a saber qué melón o qué papaya “están buenas” era un factor desmotivador para adquirir estos productos. Sin embargo, ahora valoro el poder adquirir estos productos a precios razonables en Colombia.
Desde Nigeria, un país con condiciones incluso menos favorables que las colombianas, con una latitud similar, y exportaciones e importaciones en industrias parecidas, la situación de Nigeria no se asimila a aquella que tenemos en Colombia. Al ir al mercado a comprar frutas y vegetales, lo primero que encuentras es que nada tiene un precio fijo, y el precio para ti depende de tu apariencia y el color de tu piel. Adicionalmente, conseguir vegetales frescos es muy difícil. Los tomates tienen la mitad del tamaño de los que conseguimos en cualquier tienda de barrio o supermercado colombiano, al igual que las zanahorias. Las lechugas y otras se consiguen en tamaño pequeño y por lo general marchitas. Los mercados de vegetales quedan en cualquier esquina en las calles y la experiencia de compra no es muy placentera. En los supermercados, se consiguen vegetales menos frescos, y productos como el pimentón, el mango, el kiwi, los champiñones, entre otros; son importados y sus precios hacen que sean vegetales de consumo en ocasiones especiales.
Al preguntarle a algunos chefs la razón por la cuál el arte culinaria busca tantas maneras de satisfacer una necesidad básica, algunas respuestas incluyen a la motivación del ser humano. Si como seres humanos solamente nos alimentáramos para sobrevivir, nuestra motivación tendría una reducción como consecuencia, mientras que el disfrutar aquello que comemos es un motivo de felicidad que se traduce en bienestar general con el tiempo.
Colombiano, Ante Todo tu salud, Ante Todo la naturaleza, Ante Todo aprovecha aquellas ventajas que tienes por haber nacido donde naciste.
¿Cuáles son tus frutas y vegetales favoritos? Déjanos saber y únete al movimiento para preservar aquello que nos diferencia del resto del mundo.
Estudiante de Negocios Internacionales radicada en África. Se vinculó a Ante Todo Colombia desde Agosto del 2019. Encargada de #AnteTodoLaNaturaleza, con experiencia en manejo de proyectos, creación de contenido, coordinación, marketing y manejo de grupos.