Para nadie es un secreto que uno de los mayores retos
en seguridad de Colombia, es disminuir las hectáreas de cultivos ilícitos que
hay en el país. Dichos cultivos son la fuente de financiación de los grupos
terroristas en Colombia y, además, por años han sido los culpables de la muerte
de millones de colombianos.
A propósito del tema, la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas de Estados Unidos, hizo públicas unas cifras en donde muestra que las hectáreas de cultivos ilícitos para el 2019 en Colombia, se mantuvieron estables con respecto al 2018. Mientras que en el 2018 había 208.000 hectáreas de cultivos ilícitos, en 2019 fueron 212.000. Igualmente, la producción potencial de cocaína aumentó un 8%.
Por otro lado, hace un par de días el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, estuvo reunido con el presidente de Colombia Iván Duque. En dicha reunión, Trump pidió que se incrementaran los esfuerzos para que se disminuyan los cultivos ilícitos.
Con el aumento de cultivos ilícitos, ha venido también
el fortalecimiento de los grupos ilegales. En las zonas en donde históricamente
ha sido rentable la plantación de cultivos ilícitos, la violencia ha aumentado.
Por ejemplo, en el Catatumbo, Norte de Santander, se ha desatado una sangrienta
guerra entre el ELN y el EPL por el control de estos territorios, a esta guerra
se han sumado actores como Los Rastrojos y las FARC. Lo mismo sucede en Nariño,
productor del 24% de la coca del país, en donde grupos narcotraficantes, ELN y
FARC, se pelean los terrenos para cultivar coca.
Entonces la pregunta es, ¿cómo reducir los cultivos ilícitos?
La respuesta se puede encontrar si nos remontamos al 2011-2014, bajo el
Ministerio de Defensa de Juan Carlos Pinzón. Para esa época se creó una
estrategia integral, que llevo a tener la reducción más grande en Colombia de
cultivos ilícitos. Los números muestran que los cultivos ilícitos llegaron a
estar en esos años, incluso debajo de los 50.000 ¡Algo que nunca había
sucedido!
Dicha estrategia, entre otras cosas, permitió ayudas y orientación a nuestros campesinos para plantar otros cultivos, brindándoles una oportunidad distinta a la economía ilegal. De hecho, de ahí sale la estrategia más exitosa en Colombia de sustitución cultivos ilícitos, CocaxCacao.
Mientras no volvamos a adaptar una estrategia similar
contra los cultivos ilícitos, estos seguirán aumentando y los terroristas seguirán
fortaleciéndose. Sin contar que seguiremos arriesgando la vida de miles de soldados
colombianos que hoy intentan disminuir los cultivos ilícitos manualmente, con
resultados desalentadores.
No podemos permitir que el país se siga inundando en
coca, no podemos permitir que las economías ilegales sigan siendo el diario
vivir de las periferias del país. Debemos actuar ya mismo contra los cultivos
ilícitos y contra los grupos criminales y terroristas que se nutren de esta
nefasta práctica.