El Covid-19 ha dejado cifras alentadoras en materia de seguridad, pero también ha vislumbrado un reto que no puede ser olvidado por nuestros gobernantes. Colombia debe estar en capacidad de adaptarse a las dinámicas que el crimen adoptó en medio del aislamiento obligatorio.
Según las cifras del Ministerio de Defensa, en Colombia el homicidio se redujo en un 10%, el hurto a personas se disminuyó en un 12% y la disminución de hurtos de carros, comercios y residencias, estuvo por encima del 20%. Por su parte, el secuestro se redujo en un 34% y la extorsión en un 38%.
Pese a las esperanzadoras cifras, hay un delito que ha aumentado y que obliga a que las estrategias de seguridad lo tengan en cuenta mientras se está en cuarentena: La violencia intrafamiliar, pues lamentablemente este delito aumentó en un 16%, y las llamadas a la línea púrpura de la Alcaldía Distrital, se incrementaron en un 225%. Es primordial que las autoridades le pongan el ojo a este delito
¡Necesitamos políticas públicas eficientes, que se adapten a las dinámicas que ha tomado el país por cuenta del Covid-19!