La hipocresía de un sector político del país en el Paro Nacional, ha terminado por exacerbar el odio y la violencia en Colombia. Y es que, como lo veremos a continuación, algunos líderes políticos actúan con la doble moral, característica de los tiranos. Lo anterior, ha llevado a polarizar aún más a la población colombiana y a poner en riesgo la institucionalidad de Colombia.
Los casos de hipocresía en medio del Paro Nacional
Por un lado, están los congresistas Inti Asprilla, María José Pizarro y María Ángela Robledo. Los mencionados, se han caracterizado por sus constantes insultos a nuestra fuerza pública. El hecho más recordado se dio hace unos días, cuando en medio de la moción de censura al Ministro de Defensa Diego Molano, humillaron a los policías que habían entrado al recinto. Esto, por supuesto causó indignación en los colombianos, no solo por lo denigrante que fueron, sino porque dentro de sus esquemas de seguridad, cuentan con policías que son capaces, incluso, de dar su vida por la de los congresistas.
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Por otro lado, se encuentra el Comité del Paro, quienes el 28 de abril comenzaron una serie de protestas sostenidas, que cumplen ya más de un mes. En principio, lo hicieron por una reforma tributaria presentada por la rama ejecutiva, que pretendía recaudar 23 billones de pesos. Una vez retirada la reforma, el Comité del Paro entregó su pliego de peticiones al Gobierno, para sorpresa de todos, sus peticiones estaban alrededor de los 80 billones de pesos. Es decir, la cantidad de plata que necesitaría el estado para cumplir con sus exigencias, cuadriplicaba la plata que pretendía recaudarse con la polémica reforma tributaria.
El senador Gustavo Petro no se queda atrás. Si bien proclama en su discurso las oportunidades de la clase más desfavorecida del país y de los estudiantes, sus actos dejan mucho que desear. Por ejemplo, es normal encontrarse en su Twitter con comentarios que incitan a acabar con la economía, pidiendo que no se compren productos de empresas privadas, y que la economía del país frene por completo. Lo anterior, desde luego, llevaría a la pérdida de miles de empleos y a alejar la inversión del sector privado en Colombia, los que realmente dan oportunidades a los jóvenes y a la población con escasos recursos.
Finalmente está el senador Gustavo Bolívar. Hace unas semanas fue noticia por reunirse con la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos). Allí, pidió a los mismos que vinieran a Colombia a verificar las violaciones a los Derechos Humanos en medio de las marchas. No obstante, Bolívar es acusado de financiar al grupo denominado “Primera Línea”. Un grupo compuesto por personas que en muchas oportunidades vandalizan y amenazan la integridad de nuestras Fuerza Pública.
No podemos confiar en políticos que dicen una cosa y actúan de otra manera. Su intención no es otra que llegar al poder a costa del caos y de la instrumentalización de las necesidades de los colombianos. De seguir así, el populismo y la tiranía, llegarán muy pronto al poder, poniendo en riesgo la democracia más estable del sur del continente. No creamos en la hipocresía de un sector político en medio del paro nacional.
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