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¿Ahora sí la olla está raspada?

El país vive una crisis en sus finanzas públicas gracias al manejo inadecuado que le ha dado el gobierno nacional a los recursos económicos del Estado. Según un análisis presentado por el área de Investigaciones del Banco de Bogotá el déficit fiscal fue de -3,3% del PIB en el primer semestre del 2024, cifra que es la más alta en 20 años. 

Las alarmas se encendieron en junio de 2024 cuando se supo que la recaudación de impuestos bajó un 10%, lo que llevó al país a una crisis fiscal y obligó a congelar el presupuesto de varias entidades públicas. La cosa no mejoró mucho: en agosto, el recaudo cayó un 30%, siendo la segunda peor caída del año, solo superada por el desplome del 40.8% en abril.

El derroche de recursos es protagonista en este gobierno, con un aumento del gasto público del 21%, mientras los ingresos siguen cayendo un 4%. Estos números dejan claro que la mala gestión del gobierno ha puesto a Colombia en alto riesgo de default, lo que podría llevar a no pagar la deuda externa.

A pesar de la grave situación económica que atraviesa el país, el gobierno parece no reaccionar. Ahora planean, por decreto, aprobar un presupuesto para 2025 de 523 billones de pesos, que está desfinanciado y requiere una nueva reforma tributaria. Aprobar ese monto sería un error para la economía y para las oportunidades de los colombianos.

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¿La olla se puede volver a llenar?

Mejorar la finanzas públicas de Colombia requiere de compromiso y de conciencia por parte de quienes manejan los recursos del Estado. Por eso, creemos que las siguientes iniciativas ayudarían a superar la crisis:

  1. Mejorar la eficiencia en la recolección de impuestos para evitar caídas como las que se están experimentando actualmente.
  2. Implementar medidas más estrictas para combatir la corrupción, lo que ayudaría a aumentar la confianza en las instituciones y a garantizar que los recursos se utilicen de manera efectiva.
  3. Fomentar proyectos de infraestructura que no solo generen empleo, sino que también estimulen el crecimiento económico a largo plazo.
  4. Implementar una política fiscal prudente que evite el endeudamiento excesivo y garantice la sostenibilidad de las finanzas.
  5. Crear un ambiente más atractivo para la inversión extranjera mediante políticas claras y estables.

En resumen, la crisis de las finanzas públicas en Colombia es el resultado de una combinación de mala gestión, aumento descontrolado del gasto y disminución en la recaudación de impuestos. Si bien la situación es grave, existen soluciones viables que, si se implementan con decisión y responsabilidad, podrían estabilizar la economía del país. La eficiencia en la recolección de impuestos, el combate a la corrupción, una política fiscal prudente y la atracción de inversión extranjera son pasos clave para devolver a Colombia al camino del crecimiento y la estabilidad. Sin embargo, esto requiere un compromiso real y cambios profundos en la forma en que se manejan los recursos del Estado.

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