Hacia las 10:00 pm del día de ayer, los reclusos de
distintas cárceles se amotinaron, creando caos al interior de los Institutos
Penitenciarios. Los colombianos estábamos en nuestra segunda noche de
cuarentena, cuando por redes sociales comenzaron a circular miles de videos en
el interior, y en el exterior, de los Institutos Penitenciarios, con presos
intentándose fugar, Agentes del INPEC heridos, sonidos de disparos y un fuego
que salía de las ventanas de las cárceles.
Aunque un par de horas después, la Fuerza Pública y el INPEC logró controlar la situación, la preocupación por lo que pasó al interior de las cárceles es muy grande. No solo por la sobrepoblación que hay allí, también por el acceso que tienen los presos a distintos elementos, que sobre el papel, están prohibidos al interior de los Institutos Penitenciarios.
Los reclusos tenían celulares, con los que grabaron la
situación al interior de su patio y llamaron incluso a periodistas, para contar
su versión lo que estaba pasando (¿Plan orquestado?). De igual manera, hay
videos circulando que muestran a los presos con fusiles en mano, ¡algo inaudito
en los centros penitenciarios!
Pero por otro lado, las características del
amotinamiento en distintas cárceles el día de ayer, dan muestra de un plan
coordinado: el día, la hora, la forma y la difusión, fue la misma en todas las
cárceles. Sería una gran casualidad que llegara a pasar lo mismo en tantas
cárceles, en distintas ciudades del país, sin que estuviera coordinado.
Algunos Congresistas han argüido que es un plan de
distracción a los funcionarios del INPEC, por parte de los extraditables, para
lograr escapar. Dicho plan fue apoyado por milicias de los grupos terroristas
ELN y FARC. Es más, la forma de actuar nos recuerda a los colombianos aquel 21
y 22 de noviembre, cuando luego de unas marchas altamente violentas y que puso
al país en vilo, se desató un plan de invasión a propiedad privada por parte de
distintas personas, para crear pánico en los ciudadanos.
¿Quién está detrás de todo esto? Es una información
que las autoridades deben esclarecer. Sin lugar a dudas, son grupos que quieren
incendiar el país, por cumplir con sus objetivos. Pero mientras se aclara la
información, es importante tomar medidas: se deben construir nuevas cárceles,
se debe uniformar a los reclusos e involucrarlos en un trabajo, que pague su
manutención y también les de un ahorro para cuando salgan libres. Finalmente,
se deben verificar las medidas de seguridad al interior de las cárceles y los
posibles casos de corrupción, no puede permitirse que un recluso tenga un
celular y mucho menos un fusil.
Igualmente, no podemos seguir permitiendo que los
delincuentes se conviertan en víctimas, que el día de mañana la historia no
culpe a nuestra Fuerza Pública, que lo que hace hoy y todos los días, es
arriesgar su vida enfrentándose a terroristas, delincuentes, bandidos, para
asegurar la nuestra.
¡Las cárceles no pueden seguir siendo una Universidad
del delito, deben ser centros de resocialización!