Los grupos armados en Colombia son los responsables del aumento en las cifras de reclutamiento de niños, niñas y adolescentes. Según el Derecho Internacional Humanitario este es un crimen de guerra y una de las principales causas de esta problemática es el temor que siente la sociedad al denunciar este tipo de situaciones, ya que esto podría generar represalias.
En Colombia hay alerta en las autoridades por el alza en los casos de reclutamiento de menores. De acuerdo con la Consejería Presidencial para los Derechos Humanos en 2024 más de 160 niños, niñas y adolescentes han sido reclutados por grupos armados y el 51% de estos casos corresponden a jóvenes de pueblos indígenas.
Los departamentos más afectados por esta problemática son Cauca, Valle del Cauca, Antioquia y Chocó, donde grupos al margen de la ley como el ELN, la retaguardia de las FARC y el Clan del Golfo instrumentalizan a los niños para la guerra. Es por ello, que el Ejército Nacional diseñó el Plan de Campaña Operacional Ayacucho, en el que se logró el rescate de 292 menores que habían sido reclutados forzosamente en agosto de este año.
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¿Cómo prevenir el reclutamiento de niños, niñas y adolescentes en Colombia?
Las cifras mencionadas anteriormente demuestran el panorama desolador que viven nuestros niños, niñas y adolescentes en Colombia y consideramos prioritario trabajar en iniciativas que mitiguen esta problemática. Por ello proponemos las siguientes ideas:
- Mejorar el acceso y la calidad de la educación en las zonas rurales vulnerables, esto ofrecería alternativas positivas a la juventud para alejarlos de la guerra.
- Fomentar el desarrollo económico en áreas afectadas por la violencia, proporcionando empleos y capacitación para jóvenes y sus familias.
- Implementar programas de prevención que involucren a las comunidades, padres y educadores para identificar señales de riesgo y brindar apoyo a los jóvenes.
- Asegurar que las leyes que protegen a los menores se apliquen de manera efectiva y que haya consecuencias para quienes reclutan a niños.
Implementar estas estrategias requiere de un compromiso por parte del gobierno y la sociedad. Ningún niño, niña y adolescente en Colombia puede ser instrumentalizado para la guerra.