El 7 de diciembre, el presidente Gustavo Petro derogó el decreto 1844 de 2018 del Código de Policía, en el que se estipulaba el protocolo a seguir de la fuerza pública en la incautación de drogas e infracciones para los expendedores. A través de la Política Nacional de Drogas se justificó la decisión, pues el objetivo es evitar la criminalización de personas que porten dosis personales de sustancias alucinógenas, utilizando medidas correctivas para evitar la comercialización y distribución de las mismas.
Encuentra más artículos sobre Colombia aquí
Implicaciones en el tráfico de drogas tras la derogación del decreto 1844
En Colombia el consumo de sustancias psicoactivas le ha cobrado la vida entre 2013 a 2020 a 28.541 y en 2023 el Ministerio de Salud registró 32.281 casos de asociados a esto. De igual manera, la derogación del decreto permite la libre comercialización de drogas más potentes como el fentanilo, que ya logró ingresar al país y se han reportado 1.300 casos.
El presidente argumentó que la derogación solo prohíbe la requisa y el transporte de jóvenes pobres a los CAI. Sin embargo, esto no es tan cierto, ya que gracias al decreto más de 100 mil personas en Bogotá fueron multadas por consumo en espacios públicos.
Por otro lado, la decisión da vía libre a la comercialización de drogas, lo que deja expuestos a las poblaciones más vulnerables. Por ello, es necesario que se creen estrategias desde el gobierno nacional que mitiguen el consumo y se brinden medidas de protección a menores de edad.
Dentro de las principales consecuencias que trae la derogación del decreto 1844:
- Aumento del microtráfico, ya que esto les da mayor libertad a los traficantes.
- Incremento de la inseguridad en el país.
- Se destruyen las familias colombianas.
- Pone en riesgo la vida de millones de colombianos, pues normaliza el consumo de sustancias psicoactivas
- Limita las capacidades de la Fuerza Pública
Desde Ante Todo Colombia consideramos irresponsable la decisión del gobierno nacional, pues es contradictorio que prometían defender la vida y el medio ambiente, pero dan vía a la compra y el consumo de sustancias que financian negocios ilegales.