Esta semana la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) imputó cargos a Timochenko y otros cinco ex integrantes de las Farc por ser responsables de crímenes de guerra, entre ellos reclutamiento forzado y utilización de menores para el conflicto armado.
Según la JEP, la guerrilla de las Farc reclutó a 18.677 niños, niñas y adolescentes entre 1971 y 2016. Lo más alarmante es que más del 60 % de las víctimas tenían 14 años o menos cuando fueron obligadas a unirse a este grupo armado para la guerra.
Las zonas rurales de Colombia son las más afectadas por el reclutamiento de menores, una problemática agravada por condiciones como la pobreza. Las 951 víctimas reconocidas ante la JEP narraron cómo los criminales les arrebataron sus sueños, su infancia y, en muchos casos, su vida, dejando un rastro de dolor y sangre en el país.
Situación actual del reclutamiento de menores
La Defensoría del Pueblo informó que, entre el 1 de enero y el 5 de noviembre de 2024, se registraron 282 casos de reclutamiento de niños, niñas y adolescentes en Colombia. De estos, el 50 % corresponde a jóvenes de comunidades indígenas. El Cauca es el departamento más afectado, concentrando el 72 % de los casos reportados.
Otros departamentos afectados incluyen Valle del Cauca, Putumayo, Arauca, Nariño y Vaupés. Además, se ha identificado que estructuras criminales como el ELN, las disidencias de las Farc y grupos paramilitares utilizan videos y ofertas de dinero para atraer a menores y reclutarlos en sus filas.
Esta problemática ha aumentado debido a la permisividad que el gobierno de Gustavo Petro ha mostrado hacia la criminalidad. Hace algunos meses, en las mesas de diálogo, se alcanzaron acuerdos preocupantes, como permitir el reclutamiento de jóvenes mayores de 15 años y prohibir bombardeos a grupos armados si estos tienen menores en sus filas. Estas medidas han facilitado que los delincuentes continúen instrumentalizando a niños, niñas y adolescentes en su guerra.
Desde Ante Todo Colombia, rechazamos tajantemente que los menores sean un blanco fácil para los criminales en su búsqueda de cumplir objetivos. Los niños, niñas y adolescentes en Colombia tienen derecho a disfrutar de su niñez, no a ser arrastrados al campo de batalla.