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De un millón de voces a un silencio peligroso: La paz en Colombia en riesgo

El 4 de febrero del 2008, se llevó a cabo la marcha un millón de voces contras las FARC, una movilización que convocó millones de colombianos en distintas partes del país para protestar en contra de los crímenes de este grupo armado. Esta iniciativa surgió a través de redes sociales y con consignas como “No más secuestros, no más mentiras, no más muertes, no más FARC” , la marcha representó un hito en la historia del país, evidenciando el clamor ciudadano por la paz y el fin del conflicto armado.

La marcha de un millón de voces contra las FARC también tuvo réplicas en más de 130 ciudades alrededor del mundo como Nueva York, Washington, Miami, Madrid, Barcelona, entre otras. El mensaje era claro rechazar la ola de violencia provocada por las FARC y exigir justicia.

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¿Dónde quedó el consenso de la paz y la justicia?

Colombia está retrocediendo en seguridad y enfrentamos un resurgimiento de la violencia. Los grupos armados se han fortalecido y vuelven a sembrar miedo en la sociedad. Hace 17 años, los colombianos lograron un consenso y dejaron de lado las diferencias ideológicas para buscar una paz real y frenar los crímenes de estos grupos.

Hoy, ese mensaje de unidad y lucha contra el crimen parece haber quedado en el olvido. Justo cuando más se habían debilitado las estructuras criminales, el Gobierno Nacional, en su afán de alcanzar la paz, abrió la puerta a la impunidad con el Acuerdo de La Habana. Aquellos que sembraron dolor durante años recibieron curules en el Congreso, mientras las víctimas siguen sin reparación.

Ahora, con la política de “Paz Total”, el actual gobierno ha permitido que los grupos armados consoliden su presencia, poder y actividades ilegales. Como resultado, la violencia en las regiones ha aumentado, al igual que la inseguridad en las principales ciudades, donde el microtráfico, la extorsión y otros delitos se han disparado. Hoy, los colombianos viven con miedo, mientras los criminales gozan de beneficios excesivos.

Tanto el Acuerdo de La Habana como la “Paz Total” han enviado un mensaje claro: en Colombia, el crimen no solo queda impune, sino que incluso se justifica.

Es momento de que los colombianos nos unamos y alcemos la voz, como lo hicimos en 2008, para decir “No más” a la violencia, el miedo y la impunidad. Merecemos un país con oportunidades, justicia y una paz real.

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