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La “tolerancia” y la “empatía” desquebrantamiento  de una sociedad.

Sociedad a la moda… moda en prendas, moda en música, moda en ideologías, moda en estilos y moda estar de moda. Curioso, moda en el uso de palabras y moda en la pérdida del sentido de las mismas. Ejemplo de ello, las palabras de moda  “tolerancia” (como actitud) y “empatía” (como capacidad). En este momento, me permito hacer una pequeña aclaración: Ambas son ostentadas en grados o niveles diferentes por las personas, y convencido que la verdadera y no cegada práctica de estas en una comunidad son fundamentales para un indudable, verdadero y respetuoso desarrollo social.   

Las grandes y primitivas sociedades son un legado, se fundamentaron en una estructura – organización firme bajo directrices que en algunos casos fueron democráticas. Pero el símil y/o características de estas fue la claridad de sus bases, principios y normativa como bitácora para el reconocimiento o en su defecto castigo de sus habitantes. Ahora bien, existen sociedades con estructuras fuertes que la moda poco a poco permea y debilita bajo sofismas “garantistas – progresistas” o en otras palabras la proclama de derechos huérfanos de deberes.

Por supuesto que debe existir una evolución de generaciones, pensamientos y todo aquello que sea favorable al desarrollo social, derechos, deberes, libertades más no libertinaje. Es evidente que una sociedad “retrograda” presenta dificultad para ofrecer herramientas a sus integrantes que conlleven a mejoras y calidad de vida. Sin embargo, considero que el termino (retrograda) ha sido acomodado por aquellos sectores que intentan el debilitamiento social por medio de modas o esmero en implantar la “tolerancia” y la “empatía” como justificación y normalización de conductas que atentan contra el buen sentir social.

Reflejo y víctima de lo anterior es nuestra región, la cual geopolíticamente es estratégica, de tal suerte es apetecida por las llamadas potencias mundiales (de izquierda o derecha) enfocadas por el interés de poder, control territorial y por ende de sus riquezas. Colombia, nación pretendida y de suma importancia para tales potencias por su ubicación, conectividad geográfica, riquezas naturales y lo más importante sus habitantes, no fue ajena a la moda o estrategia de debilitamiento y cansancio social, reflejadas a través de intensas manifestaciones violentas y no violentas que conllevaron a un cansancio – adormecimiento o “traba social” y así, no encontrar resistencia a la “moda” que se desea implementar. Estrategias y modus operandi vistas en Chile, Perú, Nicaragua, Argentina, Ecuador y Venezuela en su momento; siendo claro ejemplo de la guerra hibrida que hoy día hace presencia  en la región que conlleva al desquebrantamiento social.

Estrategia de la guerra hibrida que debilita la familia, la institucionalidad, la democracia, principios y valores en pro de un bienestar sectorial más no de un bienestar general. Normalizando una gobernabilidad de intereses individuales, el irrespeto y limitación al derecho de libertad de cultos, normalizando la delincuencia y el terrorismo, la violencia física, verbal y asesinatos de nuestros hombres y mujeres de nuestra Fuerza Pública, normalizando la burla de los verdaderos victimarios hacia las víctimas (hablando específicamente de Colombia). Normalizando el trato débil y múltiples beneficios que todos estos bandidos puedan llegar a tener, tergiversando el verdadero sentido de la tolerancia y empatía bajo la justificación del perdón y desarrollo social.

Es tan peligro lo anterior que la evolución positiva que deberían tener las generaciones para el bienestar presente y futuro de las mismas y su desarrollo social, derechos, deberes y libertades, se debilita y crece bajo la idea de llamar a lo malo bueno, es decir, nos encontramos en un escenario puramente retrograda. Importante señalar, que dicho retroceso se fija desde los hogares – familias, siendo la célula de una sociedad que nace y crece carente de bases para contrarrestar la reproducción de modas disfrazadas, arrojando como resultado no libertades sino la proclama ambigua pero a la vez fuerte de la bandera del libertinaje acompañada de señalamientos para quien no esté a la moda…

Más que una opinión pretendo de manera respetuosa tener un espacio de reflexión social frente a la realidad  del Cansancio – adormecimiento o “traba social” (guerra hibrida) bajo el sofisma de una sociedad “tolerante” y “empática”, que sigue permeando sin importar clase social, etnia, religión, orientación sexual u otros flancos… Es hora de despertar (Chile poco a poco despierta, diciendo no a un plebiscito que buscaba una nueva constitución populista) y no seguir siendo una sociedad bella durmiente antes de que sea demasiado. Interesante que nuestra sociedad  tolerara, empatizara y normalizara lo que se plasma y proclama en inmarcesibles himnos “las palabras del que murió en la cruz” y “a Colombia la patria quería, tan hermosa cual Dios la creo”  y discurro que de esta manera y a pesar de nuestras diferencias la sociedad contaría con una bitácora y fortalecimiento de derechos, deberes, libertades, verdadero desarrollo social y la paz que tanto anhelamos.  

#LevantemosLaVozPorColombia