El Concejal de Bogotá Andrés Forero, estuvo con nosotros en el Sofá de Ante Todo Colombia. Hablamos sobre cómo le ha parecido el manejo de la pandemia en la ciudad, las problemáticas de la actual administración y cómo avanzó la moción de observación contra el Secretario de Salud.
¿Cómo ha sido su vida durante la pandemia? ¿Qué tal sesionar en medio del Covid?
Pues que te pudiera decir, la verdad para mi el año 2020 fue un año agridulce. Por un lado, al igual que el resto de la humanidad he visto restringidas muchas de las actividades que podía hacer, he tenido que dejar de ver a mi familia con la frecuencia con la que la veía antes, etc., pero tuve una gran bendición y es que fui padre, padre por primera vez, además. Helena nació el 2 de mayo del año pasado y eso para mi fue una gran bendición. Y como entendiendo además y buscando que salgamos pronto de esta pesadilla, pues una de las únicas cosas positivas que he tenido es que eso me ha permitido estar con Helena muchísimo tiempo. Ya lleva casi 9 meses, va a cumplir 10 y he podido estar con ella, la cambió constantemente, le doy la comida, cosas que de otra manera pues seguramente hubiera sido menos frecuente y pues estoy muy cerca de ella, y eso creo yo que es una bendición.
En el caso del ejercicio del Concejo de Bogotá, ha sido un ejercicio que ha tenido distintas modalidades. Al principio de la pandemia cuando todo era un poco mas complicado, donde no sabíamos bien que pasaba, fue una actividad eminentemente virtual, a través de plataformas digitales. Después en mayo cuando ya estábamos discutiendo el plan distrital de desarrollo, hubo una semipresencialidad, eso que quiere decir, que los concejales que, por ejemplo, hacían parte de la comisión de plan podían ir si así lo deseaban, pues porque acuérdate que hay personas que pueden tener comorbilidades, que viven con personas que están mas expuestas o son población de riesgo. Entonces pues no se les obligaba, pero se daba la posibilidad y ahí empezó el tema de la semipresencialidad que básicamente duro hasta diciembre del año pasado.
Ahora que entramos en el 2021 con alerta roja pues no hemos vuelto a la semipresencialidad. En que consiste eso, nosotros somos 45 concejales y en teoría 15 concejales podrían estar asistiendo presencialmente al Concejo, y de hecho pues hubo muchas sesiones a las que yo iba cuando era parte de la Comisión. Yo no soy vocero del partido en este momento y por esa razón no voy a las plenarias, a menos que yo sea el citante principal y eso ocurrió un par de veces, por ejemplo cuando adelantamos la moción de observación contra el secretario de movilidad, cuando hice el debate de control político contra el secretario de movilidad, y estuvimos muy cerquita de hacerlo caer por cuenta de lo que me parece a mí, era un proceso que favorecía a una empresa por encima de las demás de cara a la contratación del parqueo en vías en la ciudad.
Entonces te decía que este año empezó y todavía no hemos vuelto a la semipresencialidad, han sido sesiones principalmente a través de esta plataforma. La semana pasada hubo una reunión de los voceros de las bancadas para definir otra vez cuando empezábamos a retomar la semipresencialidad. Creo que es importante naturalmente, pues esto tiene beneficios, esto permite que se siga haciendo el control político, pero todos sabemos que no es lo mismo poder hacer el control político cuando tu estas en el recinto y tienes al funcionario que sabes que te está prestando atención que cuando pues no sabes que está haciendo y, que puede estar pendiente de otras cosas. Entonces, yo creo que seguramente estamos muy próximos a retomar esa semipresencialidad y pues Dios quiera que más temprano que tarde – pues sabiendo que no será lo mismo en un buen rato – pues ya podamos volver a la presencialidad completa en el Concejo de Bogotá.
¿Cómo le ha parecido el manejo de la pandemia en Bogotá?
La verdad yo pues no se si voy a ser muy objetivo, yo he sido muy critico con la señora alcaldesa, pero voy a tratar de serlo. Yo creo que la alcaldesa inicio mostrando liderazgo en todo el proceso de atención a la pandemia, más allá de algunas declaraciones que finalmente terminaron mostrándose completamente fuera de base como, por ejemplo, declaraciones del 2 y el 8 de marzo donde ella decía que la pandemia pues no era pandemia , que el coronavirus era una gripita normal, común y corriente, pero bueno, uno se lo puede perdonar porque realmente esto ha sido un proceso donde al principio todos teníamos desconocimiento de lo que estaba ocurriendo y pues ha sido con el tiempo que nos hemos dado cuenta.
Qué le critico yo a la alcaldesa del manejo de la pandemia. Dos cosas en particular. La primera, que lamentablemente ella no ha sido capaz de liderar y dar ejemplo, o mejor dicho predicar con el ejemplo. Ella no ha liderado con el ejemplo, ella no ha predicado con el ejemplo. Yo saqué un video hace unos días precisamente en esa línea, mostrando cómo la alcaldesa – a pesar de que en su discurso de posesión el 1 de enero del año 2020 nos decía que la única forma de liderar es con el ejemplo – ella parece que se siente por encima de la normatividad, por encima de las cargas y por encima de las restricciones que impone a otros ciudadanos. Te voy a poner un par de ejemplos, eso me preocupa porque obviamente cuando uno de ciudadano ve que la persona que está poniendo restricciones, que es la que debería dar ejemplo no lo hace, pues obviamente muchos de los ciudadanos tristemente dicen “pues si no lo hace ni la alcaldesa ¿yo por qué lo voy a hacer?
Entonces, el primer caso fue cuando la alcaldesa al principio de la pandemia dijo “oiga, nadie puede ir a mercar en familia” solamente una persona por núcleo familiar puede ir al supermercado a hacer las compras del mes o de la semana o de lo que fuera, y ¡oh sorpresa! Nos encontramos con que ella salió a mercar junto con su esposa, la Senadora Angélica Lozano. Primer error. Yo insisto, hay que predicar con el ejemplo, y lamentablemente en ese caso no lo hizo la alcaldesa. Después, estaba toda la población recluida, estábamos – salvo con unas excepciones – todos guardando cuarentena – que además la alcaldesa la impuso el 20 de marzo más o menos – y nos encontramos otra vez con un video, la alcaldesa – mientras el resto de la población estaba en sus casas – ella estaba dando una vuelta por la sabana de Bogotá con su esposa, con su perrito Loki y sin tapabocas. Entonces uno dice ”venga, o sea ella ¿Por qué si tiene esa posibilidad y el resto de los ciudadanos si tenemos que estar en la casa encerrados?” entonces, otro ejemplo.
Después, ella nos dijo constantemente que siempre, en todo lugar, en servicio público, en la calle, en cualquier sitio, debíamos guardar dos metros de distancia con las demás personas. Y al iniciar la temporada navideña ella hizo un evento multitudinario en Ciudad Bolívar, en el parque Illimani para la inauguración de los alumbrados navideños. Y pues ahí vimos que realmente no estaba cumpliendo eso. Ella propició una gran aglomeración y pues ella pareciera otra vez que no le aplican esas restricciones. Como era un evento de ella, un evento de la alcaldía, un evento donde ella buscaba sacar pecho y que la gente dijera “¡uy que bien! Que chéveres estos alumbrados de la alcaldesa Claudia López” entonces, ahí si pues pasó por encima. A pesar de que habían cerrado los establecimientos. No sé si has visto que tristemente esa ha sido la tónica de la alcaldesa y de muchos de sus funcionarios – alcaldes locales, el secretario de gobierno – como que sacan pecho y les parece un gran logro cerrar establecimientos de comercio, ir a cerrar tiendas porque supuestamente no cumplen con protocolos, pero ellos que deberían dar ejemplo en cumplimiento de protocolos, van y hacen semejantes eventos en nombre de la alcaldía.
Y lo otro, que también me pareció un desastre y pues ya está relacionado con este segundo pico, es que la alcaldesa satanizó el aeropuerto, que satanizó el uso de avión, que además nos dijo que por favor no saliéramos de vacaciones – ella lo dijo en mayor o en abril – este año, ni este puente ni ningún otro, entonces a pesar que la alcaldesa nos dice todo eso a los ciudadanos de Bogotá, ella no tiene ningún problema en irse de viaje en avión a Costa Rica, el 1 de enero de este año, un día después de que se hubiera alcanzado el máximo número de contagios en Bogotá con 6.244 el 31 de diciembre. Entonces, ahí uno dice “¡venga! Pero alcaldesa usted nos dijo todo eso, entonces ¿usted por qué si puede usar el aeropuerto, irse en avión y además irse de vacaciones? Entonces es de esas cosas que uno dice “venga alcaldesa, predique con el ejemplo”. Y para rematar, ella se tiene que regresar de manera anticipada por la presión mediática y la presión ciudadana – y además después de haber establecido una cuarentena a 3 localidades mientras ella vacacionaba en Costa Rica – ella regresa – además había pedido que las personas que regresaran al país en avión tenían que hacer una prueba PCR – ella se hace la prueba PCR en Costa Rica, pero se sube al avión sin conocer el resultado. A ella le dan el resultado al día siguiente cuando ya estaba en el país. Y a pesar de que nos dice a todos que, por favor, si veníamos fuera de la ciudad tuviéramos una cuarentena de 7 días de carácter preventivo, ella no la cumple, entonces ella ahí otra vez se desinforma.
Te digo una cosa, esto es algo que hemos ido aprendiendo, el senador Galana ha insistido mucho en eso y creo que tiene razón, y creo que además está detrás de todo esto que vivimos, este episodio tan triste de principio de año. Muchas personas decían “es que yo ya me hice la prueba, ya me puedo ir a ver con mi familia” pero no es así. La idea es que tu te hagas la prueba después de haber tenido un periodo de cuarentena, donde hayas evitado y minimizado los contactos, o que te la hagas y dejes que pasen unos días. Porque mientras más tiempo pase, la PCR se vuelve mucho más precisa. Entonces, en ese sentido la alcaldesa desperdició una oportunidad de oro para hacerle entender a la gente que no basta con la prueba, que la prueba es importante, pero eso implica haber estado en cierto confinamiento, cierto distanciamiento durante un tiempo, porque si no puede haber estado desarrollándose la enfermedad y no la alcanza a medir la prueba, pero cuando ya te ves con tu familia, con personas vulnerables y pues puedes terminar contagiando, y en parte eso fue lo que pasó. Ese es un primer rasgo de lo que creo que ha sido la crisis en Bogotá.
Lamentablemente, la alcaldesa Claudia López quien empezó, insisto, mostrando una gran capacidad de liderazgo, poco a poco fue perdiendo autoridad moral para pedirle sacrificios a los ciudadanos porque ella no era capaz de liderar con el ejemplo. Eso es un primer tema.
Un segundo tema, es que a la alcaldesa le cuesta mucho asumir responsabilidades personales y siempre y en distintos aspectos está buscando echarle la culpa a otra persona, por ejemplo – esto no está relacionado directamente con la pandemia, pero también tiene que ver – la alcaldesa en marzo del año pasado, a finales de marzo, cuando llevábamos 8 días, y la gente estaba obviamente aterrada, estaba todo el mundo en la casa, incluso los ladrones, los asesinos, etc., sale y saca pecho y dice “mire esta es una ciudad muchísimo más segura que la que nosotros encontramos – esto lo dice en abril, a pesar que en el mes de enero y de febrero habíamos tenido mas homicidios que el año pasado pero que pues en marzo obviamente mejoraron las cifras porque todo el mundo se encerró en la casa. Entonces, la alcaldesa sale y saca pecho y dice eso. Después en abril empiezan a complicarse las cosas y en el mes de mayo ella sale a echarle la culpa al Gobierno Nacional y en particular a la policía, que dice que supuestamente estaba de vacaciones.
Entonces, cuando las cosas van bien la alcaldesa no tiene ningún problema en salir a decir “oiga eso es responsabilidad mía” pero cuando van mal entonces ahí si no, “eso no es culpa mía, eso es culpa de la policía que está en vacaciones desde marzo” y la policía tuvo que salir a decir “oiga eso no es verdad”.
Lo que pasó, por ejemplo, el 9 y el 10 de septiembre, con todo y lo trágico que eso fue, ella – a pesar de que en campaña nos había dicho que iba a ser la jefe de policía de Bogotá – básicamente salió a limpiarse las manos y dijo “no, eso es problema de los policías, yo nunca di la orden” dando a entender quien había dado esa orden. Y después en el Concejo de Bogotá tuvo que reconocer que no, que ella había estado con el Presidente de la República, con el Ministro, jefes de la policía, con los Generales de más alto rango de la policía y que ninguno había dado la orden. Sí, las cosas se salieron de control, obviamente se van a investigar, pero ella no puede olímpicamente limpiarse las manos. Si esto hubiera pasado con Enrique Peñalosa yo quisiera saber que hubiera hecho la señora alcaldesa.
Lo que pasó con el tema de los ventiladores, la alcaldesa salió a decir que iba a ampliar las unidades de cuidados intensivos. Ella y su secretario de salud salen y nos dicen a finales del mes de marzo que iban a ampliar el número de unidades de cuidados intensivos. En algunos casos dijeron que 5.000, después lo dejaron en 4.000 y después de un mes dijeron, vamos a ampliarlo a 2.000. Vino el primer pico, y el primer pico de la pandemia no tuvo un solo ventilador comprado con recursos distritales. La alcaldía que nos había prometido esos 2.000 nuevos ventiladores y 2.000 unidades de cuidados intensivos nuevas para atender pacientes Covid, solamente compró 143 ventiladores, los compró tardíamente, los compró en un país que tenía restricciones de exportación como Argentina y que llegaron justo después del primer pico, llegaron en agosto. Si no hubiera sido por el Gobierno Nacional que sí nos puso oportunamente 730 ventiladores pues sencillamente los números de fallecidos hubieran sido muchísimo mayor. La alcaldesa dejó pasar el tiempo, se quedó cruzada de brazos, y lo que si hizo la alcaldesa que no compró los ventiladores a tiempo fue – mentirosamente – salir a los medios de comunicación y en sus redes sociales a decir que supuestamente los ventiladores que había traído el Gobierno no funcionaban. Al día siguiente la tuvo que corregir el secretario de salud, diciendo “no alcaldesa, si funcionan lo que pasa es que hay que calibrarlos”. Y así pasó.
Entonces yo te digo, en buena hora el Gobierno Nacional oportunamente entregó esos ventiladores porque los de la alcaldesa llegaron en agosto, cuando el pico terminó en julio. Como ella decía – y ella ha tenido que tragarse esas palabras – los ventiladores llegaron tardíamente. Ella dijo que en Barranquilla llegaron a los velorios y eso mismo hubieran podido decir lamentablemente las personas que vivieron con tanto drama y con tanta angustia ese primer pico. De hecho, ahora, en el segundo pico, vimos como Barranquilla – que ella demeritó, que ella maltrató y que utilizó esas palabras tan agresivas y odiosas – pues ella tuvo que recibir 20 ventiladores de Barranquilla, porque nosotros estábamos con “el agua al cuello”. Y vivimos una situación sumamente dramática.
Y esa es otra característica de ella. Yo creo que ella si aprendió algo muy positivo de esta pandemia y es lavarse las manos. Eso está muy bien para prevenir el virus, pero eso está muy mal a la hora de gobernar, uno se tiene que hacer cargo con lo que hace o deja de hacer cuando está al mando de una ciudad tan importante como Bogotá.
¿En el último pico se desbordó la capacidad de las UCIs?
Yo no me atrevería a hacer una aseveración de esa manera, yo sencillamente voy a poner de presente una serie de hechos.
La alcaldesa hace poquito salió a criticarnos a los concejales que decidimos votar una moción de observación contra su secretario de salud. Una moción que no implicaba el retiro del cargo del funcionario sencillamente era un llamado de atención porque nos parecía – no tanto o no necesariamente que solo o de manera exclusiva el secretario, sino que la administración en conjunto – habían actuado de manera atropellada, habían actuado con improvisación y con falta de planeación. Entonces ¿qué pasó? ya mencioné lo que pasó en Illimani, lo que pasó en San Victorino durante todo el mes de diciembre. Yo soy muy respetuoso de lo que hacen los vendedores formales, yo creo que hacen un gran esfuerzo, han aplicado protocolos, etc., y a pesar de eso he visto como la alcaldesa los ha satanizado desde prácticamente que esto empezó, pero la alcaldesa debería hacerse cargo no tanto de eso – obviamente se tiene que revisar – sino de lo que pasa en la calle. Porque entonces ella se centra y sataniza al vendedor formal, pero se desentiende de lo que pasa en la calle.
Entonces qué pasó, ella había prometido que a los vendedores informales – porque obviamente, yo también entiendo que los vendedores informales tienen que buscar la manera de sobrevivir, de ganarse el diario – ella les había prometido una serie de ayudas, que o no llegaron o fueron insuficientes y por esa razón se tomaron el espacio público. La alcaldesa en lugar de organizarlos, de ayudarlos, de darles algún auxilio, pues básicamente los dejó ahí “a la de Dios”. Entonces, ella siempre se desentendió de eso. Y el 26 de diciembre con la celebración del América y que ella salió a decir “no eso no es grave, eso son 5.000 personas, eso es lo mismo que hay en cualquier centro comercial. Lo que pasa es que no están aglomerados” y pues obviamente ella ahí se equivoca. De hecho, los epidemiólogos decían que esos eran eventos de súper contagio. Y mira, la alcaldesa decía que las matemáticas del Covid no fallaban, y 14 días después de lo que pasó en Illimani – en ciudad Bolívar – y 14 días después de lo que pasó con la celebración del América que permitió y minimizó la alcaldesa, empezamos a ver subir las cifras.
Ella decide irse de vacaciones, pero no decide irse de vacaciones sola, la alcaldesa se va de vacaciones y simultáneamente autoriza vacaciones para su secretario de salud, al tiempo. Eso lo denuncié yo en el debate. Entonces uno dice “venga, ¿Cómo así? Se va la alcaldesa, pero además se va el secretario de salud” pues o dos cosas, ellos sabían que venía el pico y no les importaba y dijeron “oiga vámonos de vacaciones al tiempo” o sencillamente – y esto es lo que uno quisiera creer – es que ellos no sabían que venía y por esa razón deciden irse al tiempo, lo cual deja mucho que desear en términos de capacidad de reacción y de previsión de parte de la administraciones. Entonces, se van de vacaciones, el secretario vuelve antes, la alcaldesa se demora dos días más por fuera, ella se va un viernes y el martes termina regresando en la noche a Bogotá, y estando ella allá decretan cuarentena en 3 localidades, de un momento a otro. Si ellos dicen que lo tenían previsto, debieron haberles dicho a los comerciantes “oiga, ojo que seguramente vamos a tener que decretar un confinamiento en estas localidades por favor no compren inventarios excesivos” obviamente no lo dijeron, y con eso pues ponen en riesgo la supervivencia de muchas empresas. Después, entraron otras 6 localidades en cuarentena y después otras 3.
Entonces que empezó a pasar, le hicimos un debate de control político al secretario, nos pareció que las respuestas fueron insuficientes, vimos lo que hizo la personería de Bogotá que hizo las visitas aleatorias en distintos hospitales y mostraba cómo había contradicciones e inconsistencias entre las cifras que parecen en la plataforma de Saluadata que es de la secretaría de salud, y lo que estaba realmente siendo ofrecido en los hospitales. Había inconsistencias, y la alcaldesa dijo “eso es mentira” pero a pesar de eso todos vimos las noticias, donde vimos, por ejemplo, a un padre y un hijo llegar a un mismo hospital en donde había una sola UCI, se la entregan al hijo, al padre no le asignaron otra en otro hospital y termina falleciendo. Otro señor de 75 años en el hospital San Ignacio, estuvo 3 días esperando que le asignaran una UCI. Después tenemos los traslados desde Bogotá a otras ciudades del país, no solamente Barranquilla, también Cartagena, Santa Marta y yo me imagino, que eso es porque sencillamente aquí estábamos con una situación bastante compleja y muy crítica.
En buena hora ya empezó a bajar otra vez esta situación, pero a mi me llegaron muchas denuncias por ejemplo de hospitales, que los medios de comunicación se atrevían a decir que no había consistencia entre lo que aparecía en la plataforma y lo que realmente podían ofrecer, por falta de medicamentos, por falta de personal, e inmediatamente la secretaria les mandaba funcionarios para amedrentarlos. Y por eso ya ningún otro hospital se atrevía a decir nada.
Creo que sí hay unos hechos que muestran que la situación fue bastante crítica y que la alcaldesa – yo creo que esta es una cosa que la va a perseguir por el resto de su carrera política – decidió irse de vacaciones justo cuando estábamos viviendo el segundo pico de la pandemia en Bogotá.
¿Cómo califica usted la gestión de Alejandro Gómez?
Primero, volver a aclarar que esta no era una moción de censura, porque a mi juicio la alcaldesa de manera poco honesta, trato de decir que quienes estábamos promoviendo la moción de observación queríamos hacer ir en pleno pico al señor secretario de salud, y no, esa era una moción de observación no era una moción de censura. La moción de censura, efectivamente, sí se vota y se aprueba implica la salida del cargo del funcionario correspondiente. La moción de observación es una observación, es un llamado de atención, yo creo que por todas las razones que he dado y lo que he argumentado, todo lo que se vivió, la forma en la que lamentablemente se manejaron las cosas. Tengo que hacer una claridad, a mí me había llegado el cuento que el secretario ya había salido de la ciudad, yo le pregunté y él me respondió que no había salido, a mí me decían que él había estado en Medellín, pero si tengo la resolución donde él salía de manera simultánea con la alcaldesa. Eso es un hecho, pero ellos tenían el propósito, la decisión tomada de salir conjuntamente de vacaciones. Eso no pasa en ninguna empresa y yo creo que en ninguna otra ciudad del mundo.
Si esto le hubiera pasado al Presidente Duque yo me imagino que es lo que estuviera diciendo la alcaldesa Claudia López y que hubieran dicho muchos críticos y muchos generadores de opinión. El Presidente Duque, hubiera salido de vacaciones en pleno segundo pico junto con su ministro de salud pues obviamente nadie se lo hubiera perdonado. Con la alcaldesa pues ya hemos visto que hay personas que son mucho más indulgentes con ella.
Efectivamente quien lideró toda la moción de observación no fue el Centro Democrático, no fue Cambio Radical, no fue Colombia Humana, no fue Polo Democrático, sino que fue un concejal de la bancada de la alcaldesa. Y no fue Lucia Bastidas – que es concejal del Partido Verde que todos dicen que tiene grandes diferencias con la alcaldesa – sino que de hecho llegó por el Movimiento Activistas, que es el movimiento del secretario de gobierno. Y que él de hecho es médico, entonces él vive en carne propia muchas de las situaciones que se están viviendo.
Entonces, la alcaldesa – a mi juicio, de manera autoritaria, poco democrática – cuando fuimos derrotados – votaron más los que querían que se votara en contra de moción de observación, nosotros tuvimos 15 votos – entonces la alcaldesa salió a denigrar de quienes habíamos movido y habíamos utilizado esa herramienta democrática, que está contemplada en nuestro reglamento, en nuestro marco constitucional y legal. Entonces ella salió a decir que éramos unos oportunistas o petristas o uribistas. Entonces, había 15 concejales, 33% del total de concejales de la ciudad, había adicionalmente concejales de 6 bancadas distintas, incluyendo la bancada de gobierno. Entonces, no era una cuestión que fuera mezquina como ella trataba de hacerlo ver, sino que simplemente no nos respondieron de manera oportuna y el concejal en particular, Luis Carlos Leal que es del Partido Verde y que no es peñalosista, no es uribista, no sé si será petrista, pero creo que tampoco lo es, él fue el que lo lideró. Y la alcaldesa no tuvo ningún problema en salir a maltratarlo a él y a todos nosotros porque simplemente nos atrevemos a criticarla.
Hace poquito pasó en el partido Verde allá en Antioquia, al concejal Daniel Duque – que le ha hecho críticas y control político al alcalde Daniel Quintero – lo censuraron, lo callaron por un mes entero, entonces pues pareciera que esa es una práctica habitual en el partido Verde por que la alcaldesa verde también trató de amedrentarnos, de callarnos a los concejales que nos atrevemos a criticar.
¿Cree usted que el secretario de salud volverá a ser citado a debate de control político?
Pues eso habrá que verlo. Eso no se anuncia de esa manera porque eso surge en función de ciertos debates, hicimos el debate a propósito del manejo del manejo de la segunda crisis, del segundo pico. Yo nada más mostré como, por ejemplo, están contratando ingenieros de petróleos en la secretaría de salud. ¿Qué tiene que ver un ingeniero de petróleos con el manejo de la salud en la ciudad? Eso, por ejemplo, también lo denuncié. Denuncié como habían bajado el número de pruebas practicadas por la secretaría en el mes de noviembre y diciembre. Como habían bajado el número de seguimientos hechos por los equipos de vigilancia tecnológica de la secretaría. Entonces bajaron la guardia, en función de ese debate en concreto es que hacemos esa proposición de moción de observación.
Ya más adelante veremos que sigue ocurriendo, porque la idea no es hacer eso, pero pues si las cosas van mal pues se presentan.
De hecho, ya habíamos hecho una moción de observación a otro funcionario de la alcaldesa Claudia López, que fue el señor Nicolas Estupiñán – de hecho, sacamos en esa ocasión 17 votos – en esa ocasión fue por una razón distinta, fue porque realmente había indicios que estaban tratando de favorecer una empresa mexicana para que se ganara la administración del parqueo en vía en la ciudad. Fueron tan graves las denuncias que hicimos, que el secretario – pues no se cayó porque tiene mayoría – y no se cayó digo porque en el caso del secretario de salud no había un velo o no había un aroma de corrupción de por medio, sencillamente había falta de administración, falta de planeación. En el otro caso si había cosas muy graves. Y esa observación hubiera tenido un resultado muy distinto, no se cae él, pero él tuvo que dejar atrás ese proceso. Y él que estaba pensando que iba a adjudicar y que íbamos a tener parqueo en vía el año pasado – porque lo trataron de hacer de manera completamente amarrada y amañada – pues no lo pudo hacer y se tuvo que echar atrás y ahora veremos que termina pasando este año.
Vamos a seguir viendo que sigue ocurriendo en esta administración y con las distintas carteras, pero no te podría anunciar de antemano que puede ocurrir, porque eso es en función de los debates. Entonces habrá unos debates que si den para que eso suceda o incluso para una moción de censura y otros que no.
¿La administración actual ha dado muchos contratos a dedo?
En algunos casos sí, en otros no. Que me preocupa a mí, hubo una situación extraordinaria eso creo que todos debemos entender, que es el tema de la pandemia. De hecho, eso le dio a la alcaldía la posibilidad de contratar de manera directa, de contratar a dedo, cosa relacionada por la pandemia, y uno lo entiende. Yo creo que todos queremos transparencia, que haya competencia, pluralidad oferente, pero si estamos con una urgencia y necesitamos no sé, comprar ventiladores pues listo, que los compren a través de contratación directa pero que lleguen oportunamente.
Eso yo lo puedo entender y creo que sería injusto juzgar a la administración por utilizar esa figura o para comprar alimentos o para comprar algunas cosas – sobre todo al principio de la pandemia – porque ahí se necesita una capacidad de reacción suficiente por parte de la administración, entonces uno puede entender eso, pero utilizaron esa figura para obras que no necesariamente estaban relacionadas estrictamente con el tema de la pandemia o que no se iban a ver los resultados, o que no se han visto hasta ahora.
El concejal Emel Rojas ha denunciado, por ejemplo, que se entregaron a dedo cerca de 60.000 millones de pesos para expandir las estaciones de Transmilenio, entonces pues uno esperaría que eso estuviera muy avanzado. Después de prácticamente 8 meses hay obras que llevan el 0% de avance. Entonces uno dice, “venga si esto era urgencia manifiesta y lo entregaron a dedo precisamente para que haya más espacio en el caso de las estaciones ¿Por qué vamos el 0% de avance?”.
Una cosa que yo denuncié y ahí se mezcla por un lado esa contratación a dedo y por otro lado la improvisación es el tema de la calle 13. Se gastaron 900 millones de pesos solamente en los separadores New Jersey que estaban en ese ciclo corredor en la mitad de la calle 13 y que fue tan escandaloso. Creo que los terminaron de instalar – según los derechos de petición que he recibido – en diciembre. Se gastaron solamente en eso, sin pensar en señalización ni nada de eso, 900 millones de pesos. Y en enero, la alcaldesa sale “ah no, ya no vamos a utilizar eso, vamos a hacer el nuevo ciclo corredor por el costado sur en el lado del andén” entonces, uno dice “¿Dónde está la planeación ¿Dónde está el rigor técnico de esta administración? Se gastan mil millones de pesos y no pasa nada”. Entonces eso creo que si hay que cuestionarlo seriamente.
Y en el caso de la secretaría de movilidad pues, no solamente con este caso en concreto que utilizaron la terminal de transporte, porque que pasa, la secretaría de movilidad tiene un régimen de contratación como entidad pública, que tiene que en principio utilizar licitaciones. En el caso de la terminal que es una empresa que tiene un estatuto distinto ellos pueden contratar a dedo. Entonces lo que yo denuncié es que habían suscrito un convenio interadministrativo por medio del cual la terminal recibía la delegación por parte de la secretaria y ella podía contratar a dedo. Realmente les demostré todo lo que había de por medio y el convenio se tuvo que echar para atrás. Ya firmaron uno nuevo y estoy pendiente de que va a pasar.
Además de esa situación irregular que se vivió, en la que tuve que salir a denunciar y mostrar con hechos lo que estaba pasando, la secretaría de movilidad hace dos o tres semanas sacó una nueva contratación – estaba en ese momento en observaciones – y donde Colombia compra eficientemente. La veeduría de Bogotá – que todos sabemos que el señor veedor tiene una relación cercana con la alcaldesa, le hizo campaña a ella – pero era tan protuberante la irregularidad que hasta el veedor salió a decir que por favor se ciñeran a la ley y utilizaran los pliegos tipo. Los pliegos tipo que la alcaldesa promovió en la consulta anticorrupción y que no lo estaban utilizando en la secretaría de movilidad en dos temas: uno relacionado con señalización y otro relacionado con la contratación de expansión y mantenimiento de semáforos. Y también tuvo que salir a denunciar no solamente esas dos entidades sino también la cámara colombiana de infraestructura. Entonces yo no entiendo por qué el señor Estupiñán pareciera que le tiene alergia a los contratos tipo que promovió la alcaldesa Claudia López en la consulta anticorrupción.