Antes de decirle lo que está pasando, le voy a contar una historia, este martes que pasó con el equipo de Ante Todo Colombia. Decidimos unirnos con la fundación “Niños de los Andes” en el barrio San Bernardo, para compartir una novena y regalos de navidad para más de 200 niños. Todo fue excelente. Niños felices jugando y cantando el “tuqui tuqui” de mi burrito sabanero. Niños Jugando con la cámara de mi celular y regando jugo por todo lado. Porque sus manitas, aún son muy pequeñas para sostenerlo. El escenario perfecto.
Eso me llevó a pensar al final de todo: Somos iguales, sonreímos igual, dormimos igual, comemos igual. Pero la historia se divide en dos y ellos aún se quedan en un ambiente difícil de sobrellevar. Un ambiente con microtráfico, delincuencia y con falta de dinero en casa. La otra chica, se va a su casa en un barrio clase media, sigue estudiando en una universidad y tiene una vida promedio.
Vidas similares, la misma época, pero distintas historias ¿Qué fue lo que dividió ambos mundos? ¿Golpes del destino? ¿Dios, suerte o casualidad? No sé, hoy pienso que mi vida podría haber sido completamente distinta a lo que ha sido. Me asusta pensar en eso.
Me entristece y me frustra pensar que no puedo cambiar el lugar donde nacieron. No puedo cambiar la casa donde viven. Tampoco puedo cambiar a su familia. Cambiar los habitantes de calle es imposible. Tampoco puedo cambiar las prostitutas y el microtráfico… no puedo cambiar sus colegios y sus compañeros. En fin, No puedo cambiar su realidad.
Sin embargo, puedo dejar de creer ese cuento de que soy una completa inútil, que no puede cambiar nada. Sí puedo, sí puedo y lo repito en plural: sí podemos cambiar un día en sus vidas con un regalo. Recordarles por 24 horas que aún existe gente que piensa en ellos. Sí puedo dejar de echarle la culpa a Petro, Fajardo, Uribe o Duque. Puedo concentrarme en lo que hago día a día por cambiar la realidad de este país para ellos.
Sí, son pequeños actos, un regalo no es mucho, pero qué tal si un millón de colombianos (de los 45,5 millones que hay) decidiera dar un regalo de 2 mil pesos a alguien que lo necesita ¿no cambiaría muchas cosas? Por lo menos un día en la vida de este país.
¿Saben? Hace unos años trabajé con hijos de trabajadoras sexuales en la zona de tolerancia en Bogotá. Allí me di cuenta de que los chicos hacen todo por el ejemplo. Si tú les dices que alcen las manos, tienes que alzar las manos tú también. Si les dices que coman, tienes que comer al frente de ellos y así todo por el estilo.
Esto me lleva a lo siguiente, hoy les escribo a ustedes, los que me leen, porque si me leen es porque de alguna manera les interesa lo político. Dejen de pensar que la responsabilidad es de los políticos. Paremos de odiarnos porque este político robó en billetes de 5 mil y el otro en billetes de 50 mil. Haciendo eso, lo único que hacemos es dividirnos y no trabajar por lo verdaderamente importante.
Empecemos a darnos cuenta de que los únicos responsables de los problemas de la sociedad, son quienes la componen. En cristiano: Usted y yo. Nadie va a venir a salvarnos. Los únicos encargados de hacer un futuro mejor para esos niños, somos nosotros mismos. Nosotros somos el verdadero “Zoon Politikón” del que hablaba Aristóteles. Ese animal político con capacidad racional de interactuar con los otros cívicamente y organizarse de forma política.
Podemos empezar tratando de dar ejemplo y comportarnos mejor con los demás. Es decir, dejar de tratar a todo el mundo de incompetente e ignorante, porque no votaron como usted las elecciones pasadas. Podemos dejar de afanar a la cajera porque “no se mueve”. Dejemos de sacar ventaja del trabajo que hizo su compañero y del que usted no hizo nada. Son esos los pequeños actos que se repiten generación tras generación. Son esos, los actos que hacen que nos comportemos mal con los otros y posteriormente se reflejan en la política.
Tómese estos últimos 12 días de diciembre, para pensar en cómo trata a la secretaria. Cómo trata A la señora del call center del banco, al cajero del supermercado, al del Sitp por demorarse 15 minutos. Son 12 días para cambiar al Zoon Politikón que vive en usted y en Colombia.
Por último y para despedirme en estas vacaciones quería dejarles una reflexión:
*Si hoy estuvieras haciendo lo mismo, que harás diariamente dentro de 5 años ¿Elegirías ser igual?
Estudiante de décimo semestre de política y relaciones internacionales en la Universidad Sergio Arboleda, con énfasis en instituciones políticas. Ex directora de juventudes para el Movimiento ” Ante Todo Colombia” en la misma Universidad.
Muy buena reflexión. Excelente. Espero sigas escribiendo temas que despierten la conciencia de muchos!