Según Jairo Clopatofsky
Ghisays, en Colombia hay al menos 5 millones de personas en situación de
discapacidad. De esos 5 millones, tan solo el 20% tiene acceso a la educación. Situación
que va en contravía a la constitución, ya que en la misma, la educación se
presenta como un derecho fundamental.
Al ser la educación un Derecho Fundamental, todos los niños, sin importar sus condiciones o sus situaciones, tienen el derecho a estar dentro del sistema educativo. No obstante, La población en situación de discapacidad es una de las muestras de que este derecho es fundamental, pero no se aplica en el país.
Esto no quiere decir que en Colombia no se haya avanzado. Hoy en Caracol Radio, Mónica Cortés, directora de la Fundación AsDown, aseguró que desde hace 20 años el país viene dando pasos grandes para lograr la inclusión de la población en situación de discapacidad. Un ejemplo es la ley 1618 del 2013 y el decreto 1421 del 2017, que aparece por la misma ley.
Sin embargo, siguen existiendo grandes brechas que no permiten tener una aceptable inclusión de la población en situación de discapacidad. Por un lado, Las Instituciones educativas, tanto privadas, como públicas, discriminan y siguen negando el derecho a la educación a esta población. Por otro lado, se sigue pensando que lo que buscan estos niños es una atención terapéutica y no una atención educativa. Finalmente, el entorno estudiantil tradicional, sigue sin transformarse y adaptarse a las singularidades de las distintas poblaciones.
Una demostración de esto lo relató hoy Victoria Sur, también en Caracol Radio. Ella tiene un hijo llamado Sebastián, de 6 años y en situación de discapacidad. Una vez Sebastián salió del jardín, buscarle colegio fue una odisea. Las distintas Instituciones Educativas le sacaban excusas para no aceptarlo. Que el colegio era bilingüe, que debía pasar un examen de prueba, o argumentos técnicos que lograban sacar al colegio del “apuro”.
Finalmente, fue en Armenia
en donde encontró un colegio en el que lo admitieron y lo trataban como un
estudiante y no como un enfermo. Colegio del cual hay que aprender, pues esto
es ser realmente incluyentes. A los niños y niñas no debemos etiquetarlos y
esto es lo que hacen comúnmente las Instituciones Educativas.
En Colombia hace falta una actitud inclusiva para la población en situación de discapacidad, de aquí parte todo. Al igual que a Sebastián, los niños en situación de discapacidad no van al colegio a realizar terapias, van a aprender, por eso sus tutores no deben ser terapeutas, deben ser acompañantes docentes que los ayuden a nivelarse.
Igualmente, en el país no
nos han enseñado a vivir en la diferencia. Damos por sentado que todos somos
iguales. Por tanto, cuesta mucho cuando nos enfrentamos a dicha diferencia.
Llevándolo a las aulas, a las directivas y a los profesores, se les hace muy
difícil enfrentar y asumir la educación de una persona en situación de
discapacidad.
Finalmente, es importante
saber que la educación inclusiva es justamente, la transformación y
flexibilización de la misma, para lograr que todos los niños estén vinculados al
entorno estudiantil. No se trata de solo darle espacios en distintos colegios. No
son los niños los que deben adaptarse a un tipo de educación. Es la educación
la que debe ir adaptándose para aumentar la cobertura en el país.
Este es un panorama de los
retos que tiene la educación en Colombia para ser más inclusiva. Si decimos que
la educación es un derecho fundamental, luchemos entonces porque todas las
poblaciones tengan acceso a la misma. Y no busquemos que los niños y niñas
cambien, más bien busquemos que la educación se transforme, por el bien de la
inclusión.