Una de las mayores preocupaciones de los colombianos es el ineficiente sistema judicial. Específicamente, la ciudadanía se queja de la demora en los procesos judiciales, que muchas veces terminan dejando en libertad a un delincuente por vencimiento de términos. En este sentido, el proceso de reforma judicial en Chile implementado entre el 2000 y el 2005, podría ser un gran ejemplo.
La mencionada reforma consistió en diferenciar los sistemas de organización y de administración. En cuanto al planteamiento organizacional, se permitió que los tribunales estuvieran en su territorio jurisdiccional, brindando un mayor acceso a la justicia. En el área administrativa, se contrataron administradores profesionales encargados de distribuir efectivamente los recursos humanos y económicos de los tribunales. Dichos administradores, además, se encargan de realizar la agenda de cada juez, agilizando así los procesos penales y eliminando labores administrativas a los jueces.
Finalmente, se decidió que el estado asignaría cada presupuesto, dependiendo de las necesidades específicas. Una última variable por la que la mencionada reforma fue exitosa, tiene que ver con que se hizo gradualmente, de esta manera pudieron ir corrigiendo sobre los errores que pudieron presentarse.
La reforma judicial chilena ha sido muy exitosa. Actualmente, los jueces llegan a resolver como mínimo, el 89% de los casos que llegan a sus despachos en un año. Adicionalmente, ha incentivado a los chilenos a denunciar. Colombia está urgida de una reforma judicial, que devuelva la confianza al ciudadano. Casos como el chileno podrían ser de gran ayuda.
¡La seguridad es un gran reto que se resuelve con reformas y políticas públicas efectivas!