En el 2003, una bicicleta bomba de las FARC mató a un niño y una familia más se sumó a las miles de víctimas del conflicto armado. Aquella fecha jamás la olvidaremos los colombianos. Entre lágrimas, dolor y frustración, los colombianos veíamos hasta donde estaba dispuesto a llegar este grupo terrorista, por conseguir sus nefastos fines.
El hecho sucedió el jueves santo del 2013. La población de Fortul, que para ese entonces alcanzaba los 15,000 habitantes, quedó conmocionada tras el hecho y entre ellos mismos se preguntaban cómo era posible que un niño tuviera que morir de esa manera tan cruel. Aquella semana santa, Fortul se vistió de luto.
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Historia
El niño se llamaba Irwin Ropero, tenía apenas 10 años y buscaba ganar algún dinero haciendo mandados en su municipio. Aquel jueves santo Irwin se encontraba jugando con unos amigos cuando unos desconocidos se acercaron a él y le pidieron hacer un mandado por mil pesos. Irwin aceptó, tomó su bicicleta y arrancó su recorrido.
Los desconocidos eran bandidos de las FARC, que le entregaron al niño una bomba, la cual hicieron detonar cuando el niño pasó por un retén militar. El niño falleció y 6 personas más resultaron heridas. Hasta el día de hoy, sus familiares no se han recuperado de las secuelas y Fortul aún recuerda con dolor a Irwin, el niño que las FARC asesinó con una bomba.
Las FARC dejaron miles de víctimas del conflicto armado en el país, acabaron con la vida de miles de familias y sus atentados terroristas hoy nos siguen doliendo a todos los colombianos. Desafortunadamente, hoy sus máximos cabecillas son congresistas, no han reparado a sus víctimas y se han pasado por la faja la justicia.
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