Hoy, 12 de febrero, se conmemora el día internacional contra
el reclutamiento forzado de menores. Un crimen que se presenta en todo el
mundo, pero que en Colombia tiene un capítulo especial, pues durante años los
grupos armados ilegales aprovecharon la ausencia del Estado en muchas zonas del
país, para fortalecer sus filas. Muchos de los niños que fueron reclutados forzadamente
fueron violados, fallecieron o hoy siguen en la ilegalidad.
Este crimen nos ha arrebatado a 17.521 niños desde
1960, en donde los principales grupos criminales ilegales victimarios, han sido
las FARC, ELN, EPL, las BACRIM entre otros. En el último año, 2019, 180 niños
fueron reclutados, 11 más que en el 2017. De esos 180 casos, 72 los realizó el
ELN, 64 las disidencias de las FARC, 39 las BACRIM, 4 el EPL y de 1 no se tiene
registro. Igualmente, el 30% de los 180 casos fueron de niñas que también
sufriendo explotación sexual.
Según distintas ONGS, son 2 principales razones por las que se presentan los reclutamientos: 1. Amenazas 2. Falsas promesas. Por un lado, estos grupos aprovechan la ausencia del Estado para amenazar a las familias de los niños, y a los mismos niños, obligándolos a irse con ellos. Por otro lado, los bandidos hacen promesas (en la mayoría de casos falsas) a los niños o a las familias, a cambio de que los menores se unan al grupo ilegal.
Este crimen no puede quedar en la impunidad. Hoy los
jefes del grupo criminal ilegal que más reclutamientos forzados de menores
realizó, se encuentran en el Congreso y sin pagar ni un solo día de cárcel. Es
más, de los más de 9.000 menores que han reclutado las FARC, tan solo han
entregado 124 niños ¿Dónde están los demás? Muchos fueron asesinados, otros
crecieron y ya son adultos, y otros continúan siendo víctimas del reclutamiento
forzado ¡Lamentable!
Debemos pedir justicia por todos los niños que fueron
obligados a pertenecer a estos grupos criminales, y que aquellos que fueron
capaces de cometer tan atroz crimen, sean juzgados por la justicia ordinaria.
No más impunidad, los derechos de nuestros niños y su felicidad, no pueden ser destrozados
por un supuesto acto de guerra ¡Primero nuestros niños!