El jueves se inauguró el nuevo Transmicable en la ciudad de Bogotá. El sistema cuenta con 3,34 kilómetros de cable y con 163 cabinas. Éste, se encuentra ubicado en la localidad de Ciudad Bolívar. Su recorrido empieza en el Portal de Transmilenio “El Tunal” y termina en los barrios Mirador-El Paraíso. Su costo es de 2300 pesos, aunque el trasbordo a Transmilenio es gratis. Es decir, por la compra de un tiquete, ya sea en Transmilenio o en Transmicable, se pueden utilizar ambos servicios.
El Transmicable, facilitará la vida de muchos bogotanos que viven al sur de la ciudad. Un viaje que tardaba hora y media, ahora solo tardará 13 minutos. El sistema, será capaz de transportar a 7200 pasajeros por hora. Y además, junto con el Transmicable, vienen obras como la construcción de un Super Cade y de múltiples parques. Obras que de seguro, mejorarán la seguridad y las condiciones de vida de los habitantes de este sector de Bogotá.
Varios sectores políticos han salido a atribuirse este gran logro para Bogotá. El primero fue, como siempre, Petro. Éste, salió a decir que el contrato del Transmicable, se había dado en su administración. Por tanto, la obra había que agradecérsela era a él. Incluso, llegó a llamar a la obra “Petro Cable”. El jueves en la mañana, mientras la inauguración, varios adeptos a Petro protestaban en contra de Peñalosa por atribuirse la obra.
Peñalosa no hizo una jugada muy inteligente y cayó en el juego de Petro. Luego de lo que dijo Petro, el alcalde de Bogotá salió a decir que la obra era de él. Peñalosa afirmó que su administración recibió el proyecto en ceros. Pues no estaban ni el 50% de los planos hechos y muy pocas tierras habían sido compradas. De ahí en adelante, se vivió un agarrón por redes entre petristas y peñalosistas. Lo que dejó al descubierto la polarización que vive Bogotá.
El querer que una comunidad le agradezca una obra a una persona específica, es una estrategia populista. Como lo dice el filósofo Jorge Giraldo, el populismo mantiene una relación clientelista con su electorado. En dicha relación, el líder hace una obra y el votante, le da su voto en agradecimiento a dicha obra. Petro por muchos años ha utilizado estrategias de lógica populista y esta vez no fue la excepción. Lo que le salió bien, fue que Peñalosa le siguió el juego.
No hay nada más dañino para una ciudad, que caer en la lógica política del populismo. Un ciudadano puede agradecer una obra bien hecha como el Transmicable, pero no estar en obligación de casarse con una bandera política por la obra y mucho menos tener que darle su voto al líder de dicha bandera política.
Es que todos los bogotanos pagamos impuestos y elegimos mandatarios justamente para eso. Para que se ejecuten proyectos que nos quiten los dolores de cabeza que sufrimos a diario en la ciudad. Ni más faltaba, que ahora tengamos que elegir a quien le damos el triunfo, si a Petro o a Peñalosa. ¡No señores! El Transmicable es una obra de los bogotanos, lo que menos importa es quien lo construyó. Lo que sí importa, es que miles de personas se van a ver beneficiadas con este nuevo sistema de transporte. No dejemos que de esta obra, se saquen réditos políticos.
Desde Ante Todo Colombia, se hace un llamado a los mandatarios para que dejen de pensar en triunfos políticos a la hora de ejecutar proyectos. El foco debe estar puesto en el bienestar de los ciudadanos. El foco no debe estar puesto en buscar atribuirse obras para obtener ganancia política.