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¿Hacia las Olimpiadas 2022?

Tras 124 años de existencia de los juegos olímpicos nunca antes habían sido pospuestos. En esta oportunidad Japón junto con el Comité Olímpico Internacional (COI) hacen historia con base en solicitudes internacionales, toman una medida responsable no solamente para sus habitantes sino para los deportistas de las diferentes delegaciones que harían parte de dicho evento programado para este año 2020, posponiendo dicho evento en un año, es decir, se encuentran programados hasta el momento para mediados del mes de julio del 2021. Pero como se ha venido evidenciando el manejo y toma de decisiones sobre la Covid-19 por diferentes mandatarios a nivel nacional, creo que no esperaremos los juegos de Tokio para ver una olimpiada cuya meta es una posible candidatura presidencial para el 2022.

No es un secreto que esta crisis mundial es una oportunidad de crecimiento para la humanidad, pero desafortunadamente también es un fortín de oportunismo y populismo para ciertos políticos “atletas” o partidos políticos “delegaciones deportivas”  que no dudan en seguir “entrenándose” en las diferentes “disciplinas” de corrupción o estrategias que buscan  alcanzar medallas, trofeos, reconocimientos o simplemente entrevistas en los diferentes medios de comunicación que en dichos espacios denominan “invitación” cuya finalidad, y con base en una responsabilidad social, es informar.

Esta “disciplina” de la corrupción tristemente ha persistido durante la historia y lo hemos evidenciado aún más en esta coyuntura nacional en conversaciones que se presentan en pasillos, tiendas, servicio de transporte público como también en nuestros hogares. Para ilustrar un poco los resultados de dicha “disciplina” podemos encontrar: la contratación de nuevos “asistentes deportivos” (asesores) a través de contratos costosos sin justificación alguna, compras elevadas de “suplementos vitamínicos” (mercados) para entregar como ayuda humanitaria a familias menos favorecidas, “dotación deportiva” (elementos de bioseguridad) o hasta “patrocinadores – marcas deportivas” (estudios o encuestas) para exhibir algún tipo de favorabilidad sobre un “atleta” y su rendimiento en plena crisis sanitaria.  

Hoy día nos encontramos observando una carrera contra reloj en toma de decisiones por parte de mandatarios nacionales y locales, de tal forma que como simples espectadores tomamos favorabilidad o no hacia algunos políticos “atletas” olvidando que dentro de un comité o equipo deportivo (en este caso un país) siempre existirá un dirigente encabezando responsabilidades, decisiones y estrategias a tomar durante la partida. Dichos lineamientos son la bitácora para los integrantes del equipo al momento de toma de decisiones durante el juego e ir en una sola dirección hacia la meta, es claro que se pueden presentar diferencias en un equipo, pero no es permisible que sea una constante cuya finalidad sea obtener la medalla de “reconocimiento” o una nueva  partida individual significando de manera muy clara el quebrantamiento del fair play.

¿Será que en el palacio Liévano en esta temporada se están montando estrategias, rutinas, planificando y conformando una “delegación” para las justas que se disputaran en el 2022 en Colombia?  En realidad considero frívolo que se esté pensando en lo anterior, sin embargo, hemos sido testigos de la rutina y entrenamiento de la alcaldesa de Bogotá Claudia López en estos dos últimos meses que demuestra lo contrario. Lo cual ha generado ciertos interrogantes tanto de uno y otro lado de los espectadores, medios de comunicación, otros “atletas” y “delegaciones deportivas”, quienes consideran que el ejercer el segundo cargo político de mayor importancia a nivel nacional es el trampolín olímpico que por medio de clavados o también llamados saltos ornamentales con la posición de “estirado” se logra con seguridad una candidatura presidencial.

El “estirado” hace que se ostente una posición rígida con elevación de los brazos dando cierta impresión de “poderío” lo cual nos puede representar las actuaciones y declaraciones de la “atleta” alcaldesa Claudia López en los últimos días, cuya tendencia es contrariar las decisiones del gobierno nacional frente al juego actual (la pandemia) que no siendo unos olímpicos las diferentes delegaciones a nivel mundial tratan de obtener la mejor puntuación. Lo anterior parece un juego de béisbol, buscando un “Out” a decisiones o declaraciones por parte del presidente y su gabinete para contrarrestar al momento de “Al bate” y pegarle un “Home run” y de esta manera  conseguir más espectadores – hinchada y popularidad para acercarse a la entrada de las candidaturas presidenciales.   

Las declaraciones y actuaciones (entrenamiento) por parte de esta “atleta” al realizar un análisis clasifican como estrategias políticas y de opinión pública para aumentar confiabilidad, favorabilidad y expectativas como una posible candidata presidencial para las justas del 2022. Con lo anterior no pretendo asegurar que las declaraciones o decisiones por parte del presidente Iván Duque y su gabinete sean las únicas y no puedan ser controvertidas como si se tratara de una dictadura, pero recordemos que dentro de un equipo existe el dialogo, las charlas técnicas, estrategias y trabajo en equipo, lo cual no se hace de manera reactiva y pública en noticieros, entrevistas, videos y demás medios para que el adversario aproveche las debilidades, todo lo contrario, se realiza en el camerino bajo reserva y diplomacia para que en público se reflejen los esfuerzos mancomunados por cada uno de sus integrantes.

No es momento de “entrenamientos” para posibles olimpiadas 2022, no es momento de reconocimientos y trofeos individuales, no es momento de “clavados” o “Home run” en este juego olímpico, todo lo contrario, es momento de trabajar y entrenar en equipo, escuchar, establecer estrategias conjuntas y decisiones responsables para que el comité o equipo deportivo en este caso Colombia salga avante. Y de esta manera pueda conseguir el mayor número de medallas de oro y reconocimiento grupal por lograr las metas trazadas desde el inicio de la partida por medio del fair play anulando cualquier tipo de interés particular de un “atleta” o “delegación deportiva”.