El tema del día es el rearme de Santrich, Márquez, El
Paisa, entre otros bandoleros. La gente hoy parece sorprendida y ven con cierta
desesperanza el futuro. Pero hay que ser claros, no se podía esperar menos de
unos terroristas, como los mencionados previamente. Estos criminales se
escaparon de la justicia hace meses, no aportaron a la verdad, ni a la
reparación de las víctimas ¿Qué más podían estar haciendo? Traqueteando y
delinquiendo como siempre lo han hecho.
Desafortunadamente, era algo bastante previsible, pues
lo pactado en los acuerdos de la Habana, solo promovía la impunidad de quienes
por décadas secuestraron, violaron y asesinaron. Es más, al día de hoy, los
colombianos nos seguimos preguntando ¿Cómo es posible que los jefes máximos de
las FARC hoy sean Congresistas y nunca hayan puesto un pie en la cárcel? ¿Cómo
es posible que un narco pedido en extradición, haya quedado en libertad? ¿Cómo
es posible que un mismo tribunal sea el encargado de juzgar tanto a los
terroristas (FARC), como a nuestras Fuerzas Armadas?
La respuesta es simple: fue lo que se acordó. Y no es
mentira, en la mesa de negociaciones de la Habana, se pactaron millones de
beneficios para las FARC, que para esa época estaban neutralizados, y por eso
accedieron a dejar las armas, no fue porque se volvieran unas hermanitas de la
caridad de un momento a otro ¡Ese es un cuento “chimbo” que nos quieren vender!
Los criminales que hoy fueron noticia en todos los
medios por su rearme, nunca dejaron de ser criminales. De seguro que, la plata
que recogieron del narcotráfico la tenían escondida y las armas las cogieron de
las caletas que nunca entregaron. La gran diferencia, es que hoy cuentan con el
Gobierno de Nicolás Maduro, que los protege y con una alianza con el ELN ¡Lo
que también habíamos advertido hace mucho desde Ante Todo Colombia!
Si queremos que estos lamentables hechos dejen de pasar, los Congresistas, y el Gobierno, deben escuchar la petición de la mayoría de colombianos: se debe mejorar inmediatamente el acuerdo de la Habana: no permitamos que la impunidad no sea la regla, no dejemos que la JEP juzgue en favor de las FARC, seamos enfáticos en que nuestras Fuerzas Armadas deben tener tribunales distintos a los de los terroristas y que se realice una reforma inmediata a la justicia ¡Así, los colombianos volveremos a recobrar la esperanza en el futuro!