Hoy hace 10 años, los colombianos marcharon en rechazo
al entonces grupo terrorista FARC, en decenas de ciudades del mundo. Aquel 4 de
febrero del 2008, más de 4 millones de colombianos colmaron cientos de calles para
gritar “NO MÁS FARC”. Aquella marcha, denominada “Un millón de voces contra las
FARC”, marcó un hito, pues se convirtió en la marcha más multitudinaria en toda
la historia de Colombia.
Y no era para menos, pues para esa época los
colombianos estábamos cansados de ver cómo estos bandidos secuestraban en todas
las carreteras del país, ponían carros bomba en lugares de alta concentración
de personas, reclutaban ilegalmente niños en el sector rural, asesinaban a
quien se les atravesara en su camino, realizaban masacres, ponían minas
antipersonales y se enriquecían por el narcotráfico. De ese entonces, los
colombianos todavía tenemos recuerdos muy dolorosos, como los videos que
enviaban como prueba de vida de nuestros soldados y policías, como las jaulas
de alambres en los que tenían a los secuestrados, al mejor estilo del nazismo,
o como las cadenas con las que amarraban a los secuestrados.
Sin embargo, la gota que rebozó la copa fue a finales
del 2007, cuando se supo que Emmanuel, el bebé que la secuestrada Clara Rojas
había dado a luz en cautiverio, no iba a ser liberado, pues se lo habían
arrebatado a la mamá y lo habían abandonado en un Instituto del Bienestar Familiar.
Desde ese día, un grupo de jóvenes creó un grupo de Facebook para organizar la
manifestación del 4 de Febrero, y en un par de días, dicho grupo ya tenía más
de 200.000 mil personas.
Después de la histórica marcha, nuestras Fuerzas
Armadas dieron grandes golpes a las estructuras de dicho grupo terrorista: se
dio de baja a Raúl Reyes, falleció el jefe histórico “Manuel Marulanda”, se
ejecutó la operación Jaque, se abatió al “Mono Jojoy”, entre otros golpes.
Lamentablemente, luego de los millones de colombianos que marcharon en rechazo a los múltiples crímenes de las FARC y de los exitosos golpes de Nuestras Fuerzas Armadas a los jefes más representativos de dicho grupo ilegal, en 2016 se firmó el Acuerdo de la Habana.
Dicho acuerdo premió la impunidad, benefició excesivamente a los victimarios y dejó en el olvido a las víctimas de las FARC. Para empezar, los miembros de las FARC, responsables de crímenes de lesa humanidad y de masacres inhumanas como la de Bojayá, hoy son congresistas (sin haber estado en una cárcel y sin haber alcanzado los votos necesarios para lograr una curul). Igualmente, luego de 3 años las FARC no han devuelto ni el 1% de los bienes con que se pretendían resarcir a las víctimas. Y como si fuera poco, muchos de sus integrantes han vuelto al camino de la ilegalidad.
Las voces de los colombianos deben ser escuchadas. En
el 2008 más de un millón de colombianos se manifestaron en rechazo a las FARC,
en el 2016 los colombianos, por medio de un plebiscito, rechazaron el Acuerdo
de la Habana. Sin embargo, hoy los jefes de ese grupo armado ilegal gozan de
plata, curules en el Congreso, impunidad, mientras que las víctimas hoy todavía
claman por justicia. Es urgente mejorar los acuerdos para acabar con la
impunidad que nos aleja de una verdadera paz y para mostrar que en Colombia, ¡el
crimen no paga!