La Policía Pacificadora en Río de Janeiro, fue la respuesta a la alta tasa de criminalidad en la ciudad brasileña. Y es que, desde los 90s, hasta el 2000, el consumo de drogas aumentó drásticamente, así como la tasa de homicidios, que llegó a ser de más de 80 por cada 100,000 habitantes. La violencia ocurría, en su mayoría, en 800 asentamientos informales o en las favelas de la ciudad, en donde reside el 20% de la población metropolitana.
Policía Pacificadora
Por esta razón, en 2008, se decide implementar el programa “Policía Pacificadora” en Río de Janeiro. En un principio, el programa creó una nueva unidad policial con formación en Derechos Humanos y Resolución de Conflictos, y una unidad social dedicada al levantamiento de datos de la comunidad. La unidad policial, se encargó de ejecutar grandes intervenciones a las favelas donde la violencia era el pan de cada día, con premios por la reducción de violencia en sus zonas asignadas.
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Igualmente, se promovieron campañas y eventos de sensibilización para fortalecer la confianza entre los vecinos. Finalmente, lograron ocupar los espacios que estaban tomados por el narcotráfico y expandieron la prestación de los servicios públicos y las oportunidades socio-económicas.
Los resultados fueron exitosos, puesto que las muertes violentas pasaron de 10,03 por cada 100,000 habitantes en un mes, a 2,21 por cada 100,000 habitantes en el mismo periodo de tiempo. Así mismo, el homicidio doloso pasó de 3,37 por cada 100,000 habitantes, a 2,21. Una crítica al programa, es el haber usado a la policía no solo como quienes hacen cumplir la ley, sino como trabajadores sociales.
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